
Amapola
Tu bermejo me abruma, bébete
un poco de ese sol que tanto ríe,
deja a tu corazón que se embriague
de la voz monocorde, del lamento
de la cigarra, y reza
para que tanta sangre no salpique
desde los pétalos a tus raíces
y acabes −como el día− deshojada.
Ponme caras, de Manuel Laespada