Barlovento y tomates cherry

Ago 28, 2013 Uncategorized

CAM00438La casa del gran Manuel Arce se llama ‘Barlovento’ y su terraza es tan hermosa que sobrecoge acceder a ella. Manolo acaba de operarse de los ojos y posa con coquetería. Es un dandy de la cultura. En su vida se confunde la amistad y el trabajo, por lo que da igual hablar de uno o de otro: siempre se acaba en Hierro, en Blas de Otero, en Tàpies… No se sabe qué fue primero, si el galerista, el editor, el escritor o el amigo, pero se acceda como se acceda es muy probable caer en alguna de las otras categorías. Y además esa terraza, ¡Jesús!, una terraza como la de su casa se cambia por tres generaciones poéticas y da para el cambio. Ahora está emocionado con unos tomatitos cherry que ha plantado. El y ella, Teresa, los ven crecer día a día, los observan, se han voyeurizado, y ahora son felices después de haber dado cuenta de una cuadrilla de felones caracoles que se zampaban las tiernas hojas de lechuga (que también cultivan). Así que uno acerca la nariz al tomatito, absorto por esta dedicación al sector primario, y admira sinceramente tan tierna belleza, pero qué decir de la gran bola roja que está cayendo al tiempo detrás del horizonte… La bola que sale pálida por un lado y corretea todo el día hasta fugarse a otra parte, seguramente no tan bella. Amistad, el aire cargado de yodo del verano, lo insondable de lo bello y, si es posible, un whisky (no necesariamente). Poco más.

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