No sé si a Vargas Llosa y a Saramago le pasan estas cosas, pero en la presentación de mi libro le birlaron un ejemplar a uno de los asistentes. No fue una casualidad. Era el único que lo había comprado.
Gentilmente le ofrecí el mío.
No sé si esto es para sacar pecho o retirarse a la Polinesia.
Javier