De los muchos nombres de Mannekind, por J. Martimore

Sep 9, 2021 Lecturas
Los Caprichos de Mannekind

El nombre dado al artefacto deriva del antiguo idioma neerlandés, mannekjin, un diminutivo de mann (hombre en genérico), consecuencia lógica de su forma. Apelativo que pasó en el siglo XV a un uso francófono como mannequin (específicamente mannequin d’atelier), y de ahí en el siglo XVIII al español maniquí. Aún hoy en lengua flamenca se dice manneken (hombre pequeño, hombrecito), lo que sigue evidenciando su aspiración como modelo antropométrico, así como, en términos generales, esta misma connotación se da en un auténtico aluvión de usos lingüísticos que no parecen apartarse mucho de su raíz original: manekin (albanés), манекен (búlgaro), manekýn (checo), mannequin (danés), mannekeen (estonio), manikino (esperanto), mannekiini (finlandés), manöken (húngaro), manikin (inglés), manichino (italiano), manekens (letón), manekenas (lituano), манекен (mongol), manekin (polaco), manequim (portugués), manechin (rumano), манекенщица (ruso), манекенка (serbio), манекин (tártaro), manken (turco), maneken (turkmeno), манекен (ucraniano), ma-nơ-canh (vietnamita)… 

Los Caprichos de Mannekind, de J. Martimore

A %d blogueros les gusta esto: