El niño-caramelo

Jun 21, 2011 Uncategorized

Rax Rinnekangas, en los años 70

(…) -Pero, ¿podía hablar?

-Sí, por supuesto. Yo empecé a hablar muy tarde, pero para mí era muy difícil. Yo iba a la escuela, pero nunca preguntaba. Un día -yo tenía nueve años- hubo una fiesta de Navidad en el colegio y el profesor preguntó quién quería ser caramelo y contar a los demás alumnos la historia del caramelo. Yo fui el único dispuesto a hacerlo. Todos esperaban un escándalo porque yo no hablaba. Pero me puse mi disfraz de caramelo. Sólo se me veían los ojos y expliqué la historia del caramelo. Creo que en ese momento, delante de 600 alumnos en la gran sala de nuestra escuela, empecé a ser artista. Necesitaba saber quién era yo.

-El arte en algunos lugares es utilizado como terapia contra el autismo.

-Voy a contarles algo sobre la luz. Lo primero que hice fue aprender a hablar. Yo quería ser periodista y el periodista tiene que hablar con la gente. Desde los nueve años hasta la adolescencia estuve muy solo y me pasaba todos los días leyendo. Pero cambié, empecé a hablar. Me dijeron: “No te preocupes, habla”. Esto me recuerda una anécdota de Jung, cuando acudió a él una familia con un niño enfermo porque no podía hablar. “¿Puede ayudarnos?”, le pidieron. El llevó el niño a otra habitación y lo sentó y le dijo: “Vamos a jugar como si estuviéramos en el escenario de un teatro; tú eres un chico que no puede hablar, ¿entendido?”. Pero el chico respondió a Jung con una voz muy nítida: “Señor, yo no puedo representar a un niño que no puede hablar”. Jung entendió que el chico había guardado silencio toda su vida simplemente porque él tenía otro lenguaje distinto al de sus padres y el resto del mundo. Ahora, el muchacho había hablado claramente a Jung porque al final había encontrado a una persona que entendía su propio lenguaje interior y su espiritualidad; así que el chico empezó a hablar perfectamente. Era un autista social y había que abrirlo por dentro.

-¿Ése era su caso?

-Sí. Yo escapé hacia la literatura.

Sobre el autismo social. Del libro  ‘Rax Rinnekangas. Fabricando ladrillos de luz para la Casa de Ícaro

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