“Todas las narraciones están unidas por el mismo factor: son descripciones de la soledad. Además, poseen otro elemento básico: formalmente son muy cinematográficas. Los relatos bien podrían constituir cortometrajes episódicos o formar un marco más amplio del mundo experimental de un mismo individuo. No es que una persona sea siempre el protagonista, sino que dicho sujeto observa un mundo limitado y local donde aún no existe la sensación, y mucho menos el conocimiento, de una realidad más amplia.
Como fotógrafo, soy muy preciso en la utilización de una composición clásica. Como realizador, en mis películas artísticas me interesa más el ritmo deliberadamente lento de la expresión. Una de sus funciones es ahuyentar de mis obras a los ‘malos espectadores’, aquellos que mediante la fuerza mediática de películas dramáticas cual corriente de lava, tanto en los documentales como en los largometrajes, son manipulados para entender únicamente un montaje rápido y funcional; o, si no, conseguir que cambien de actitud.
Así, observo, a mi modesta manera, el pensamiento de mi gran hermano espiritual, el desaparecido, en 1986, y gran director de cine ruso Andrei Tarkovski, para el que ‘no existe nada más hermoso y místico que la lenta simplicidad’.”
Fragmento del prólogo de La partida, by Rax Rinnekangas