
En un libro confluyen numerosos creadores, no solo el autor literario. Ello hace que un libro sea una obra colectiva y por lo general el número de sumandos genera un salto cualitativo llamado libro que es superior a la aportación de cada cual. Traductores, maquetadores, correctores, ilustradores, fotógrafos, portadistas… Ese pequeño microcosmo genera resultados sorprendentes, para bien o para menos bien. Lidiar con las aportaciones de cada uno, y sus egos, es tarea del editor (el cual también tiene sus cosas).
Los ilustradores tienen la difícil tarea de leer la obra y extraer de ella un ‘algo’ en imágenes que la complemente, no que la sustituya. Ello es más claro en la portada, en donde nosotros pretendemos rehuir de lo obvio y que sea el ilustrador el que invite al lector a adentrarse en la lectura. Si la portada es un escaparate, el ilustrador también contribuye a montar la tienda ilustrando el interior. Nosotros somos muy afortunados con nuestros ilustradores, todo los cuales han enriquecido la obra literaria.

Echando la vista atrás, el número de contribuyentes a nuestros libros, que también son suyos, es importante. Los hay de todos tipos: caricaturistas, collagistas, figurativos… Cada uno a su manera han interpretado una obra que es suya también, entablando un diálogo con el autor maravilloso.
Estas han sido las personas que han colaborado en nuestro pequeño/gran proyecto editorial:
- Marías Jesús Campo: Contar las cuarenta.
- Javier Jubera: Hijas de Agar y Olivier o el secreto.
- Daniel Tamayo: Bestiario.
- Virginia O’May: Entretanto en algún lugar.
- José Luis Bravo: Cocina recreación.
- Pedro Sainz Guerra: Beirut.
- Daniel Crespo Saavedra: La puta gastronomía.
- Aria Ocón Ortigosa: Atraparte, El fantasma de la verdad y Mi vida como un algoritmo.
- Virginia Argumosa: A cielo abierto.
- Luna Xian Rodríguez: Las increíbles aventuras de gorzila en España.
- William Morris: A pesar de los estragos del tiempo.
- Ángel López de Luzuriaga (@ardiluzu): Autorretratos.
- Jan Toorop: Han cortado los laureles y Gloria Laguna.
- Elvira Solana: Felicidad.
- Fría Aguilar: Premios Hierro 2018.
- Leticia Vera: La mujer abolida.
- Andrea conde: De temblores.
- Sara Huete: El infierno del bibliófilo, La Fanfarlo, Bibliomanía y Premios José Hierro.
- Carmen Quijano: B, Cuaderno de Saî Gon, Cosas que solo suceden cuando a ti te pasan, La educación de las hijas, Un fracaso ineludible, La partida, Los que duermen juntos, Lola Dinamita, El perseguido y Manual para embaucadores.
- Pablo Gallo: Más cerca que cerca.
- Guillermo Gruber: El devorador íntimo.
- Almudena Cuesta Ruiz (mü): Disjecta membra.
- José Luis Serzo: Si fuera posible montar en una bruja.
- Ángeles García Ruiz: Infinitos monos.
- Javier Fernández Rubio: Historia de la literatura alemana contada en una hora.
- Musgo Estudio Creativo: La soledad del tirador.








Trabajar con todo este microcosmos ha sido un placer. Ninguno de ellos, absolutamente ninguno, han planteado problemas a la obra. Todo lo contrario, sin su entusiasmo y su profesionalidad estos libros no hubieran resultado, para bien o para menos bien, como fueron.
