
Se cuenta que Baudelaire tuvo por mascota una tarántula; Marcel Schwob, un lirón; Dalí, un oso hormiguero; y Gérard de Nerval, una langosta, a la que llamó Thibault y sacaba a pasear atada de una cinta azul por los jardines del Palais Royal. La lista se haría infinita si añadimos a ella: el cerdo vietnamita de George Clooney, el guepardo de Josephine Baker, el cervatillo de Frida Kahlo, la tortuga de Leonardo DiCaprio, el canguro de Elvis Presley, el león de Melanie Griffith o el chimpancé de Michael Jackson.
Del prólogo de La mosca de Virgilio. Seve Calleja.