Vamos a hacer una pequeña parada este verano, mientras preparamos la siguiente hornada y nos dedicamos a promocionar lo último que hemos editado. Lo de parada, por lo tanto, es relativo. Entre nuestras previsiones, destacan los siguientes libros, a la hora de cerrar 2011 y comenzar 2012. Hay alguna más, pero algún secretillo teníamos que tener…
-Walter Serner: “Manual para embaucadores (o para aquellos que pretendan serlo)”
-Daniel Guebel: “El Perseguido”
-Javier Moreno: “Cadenas de búsqueda”
-Jeff Wall / Víctor del Río: “La querella oculta. Jeff Wall y la crítica de la neovanguardia”
Nuestro próximo invitado es Walter Serner, de él editaremos una obra (realmente dos) fundamental no solo de la cultura Dadá, sino de la literatura del siglo XX. “Manual para embaucadores (o para aquellos que pretendan serlo)”. La obra, de una gran complejidad, la está traduciendo Maurice, que ya nos tradujo ‘La partida’, del finés, y la dirige Alberto Santamaría. Él explica quién es Serner:
¿Quién fue Walter Serner? Esa fue una de las preguntas que durante tiempo se hizo el mundo cultural alemán. Serner fue uno de los cabecillas del movimiento Dadá en Zurich, allí escribió su Manifiesto Dadá (que según las malas lenguas luego Tristan Tzara le robaría), manifiesto publicado en 1919 y que causaría un gran revuelo en las esferas intelectuales del momento por su carácter turbulento, cínico e incomprensible por momentos. En 1927 aparecería la segunda parte bajo el título Manual para embaucadores (o para aquellos que pretendan serlo), compuesto por 591 reglas de comportamiento para delincuentes y estafadores. Y —basta leer unos pocos preceptos para entenderlo así— para el resto de hombres. Por la época de la publicación del Manual, la censura conservadora en Alemania empezó a ejercer cada vez más presión con el fin de prohibir los textos de Serner, por considerarlos “un peligro para la moral pública” y a su autor un “proxeneta judío”. Serner, cuyos libros se encontraban desde 1933 en la larga lista de obras “vergonzosas e indecentes” del gobierno nazi, vivió en el gueto de Praga hasta 1942. El primero de agosto de ese año, Walter Serner y su esposa fueron deportados al campo de concentración de Theresienstadt. Allí fueron exterminados en una cámara de gas en fecha desconocida.