
El próximo sábado, 5 de noviembre, a las 12.30 horas, se presentará ‘Junto suspensivos’ en Casa del Libro (calle Alcalá), de Madrid. La nueva obra de Alberto Hontoria Maceín se interna en un territorio indefinido, en donde el microensayo y el aliento poético se entrecruzan para dar vida a un libro sobre el necesario entendimiento entre humanos. Un libro necesario para unos tiempos de solipsismo e insolidaridad.
La obra, que será presentada por la periodista Leticia G. Vilamea, es introducida por el propio autor con las siguientes palabras:
“Somos seres incompletos, irremediablemente dependientes, afortunadamente inconclusos. Somos animales gregarios, organismos sociales. Somos mamíferos que viven en colmenas o avisperos como insectos. Somos como hormigas: tenaces en grupo, endebles a solas. Somos medialunas que menguan en soledad y que crecen hasta llenarse en compañía.
Somos hijos. Somos hijas. Somos madres y padres. Abuelos y nietos. Somos amigos y amigas. Somos vecinos. Compañeros. Somos hermanos. Somos amantes. Somos amados. Somos novias y novios. Esposas y maridos. Somos una familia: el mundo entero.
Somos. En plural. Sin que a veces importe lo que se predique. Porque decirnos en plural ya es decir suficiente. Porque uno de los motivos fundamentales de la vida humana no es otro que la búsqueda incesante de la afinidad, la complicidad, la complementariedad, la alianza. Porque nuestra identidad se levanta sobre la base de las relaciones que mantenemos, de aquellos a quienes tenemos más cerca, de aquellos con quienes más circunstancias compartimos, de aquellos a quienes somos idénticos –valga la redundancia– o, al menos, más parecidos.
Sin embargo, atravesamos tiempos que nos empujan a convertirnos en misántropos, que nos invitan a disfrazarnos de ermitaños, que nos amenazan con enfermar de pura alergia al contacto. Tiempos que nos dicen que nos bastamos y sobramos nosotros mismos. Es la era del espejo. La era del culto al individuo.
La sombra de la desunión que se cierne sobre nosotros es alargada. Y los monstruos que nos acosan tienen nombre y cara: se llaman desconfianza, incomunicación, silencio, distancia. Para combatir estos peligros únicamente contamos con una solución: consolidar nuestros vínculos, apretar nuestros lazos. Solo estando juntos podremos obrar el milagro de hacer frente a una existencia cada vez más poblada de lejanías y vacíos. ¿Estaremos juntos?, ¿no lo estaremos? Juntos suspensivos…”
La trayectoria profesional de Alberto Hontoria Maceín (Madrid, 1987) no podría resultar más heterogénea. Ha transitado de la investigación académica al sector de la comunicación y la RSC, pasando por incursiones en el periodismo digital, para finalmente acabar en el mundo de la educación. La constante en este proceso de saltos disciplinares y cambios de registro siempre ha sido la escritura. Hontoria Maceín lleva escribiendo prácticamente desde que tiene uso de razón. Y eso mismo aspira a seguir haciendo. Debido a su interés por los textos fronterizos o de difícil catalogación, el autor ha trabajado sobre la base de distintos géneros literarios.
Tras la publicación de las novelas Disjecta Membra y Euforia Colectiva de la mano de Ediciones El Desvelo, Alberto Hontoria Maceín recupera el género breve que ya cultivó en El Sentido Disidente de la Fábula. En esta ocasión vuelve a hibridar cuento, ensayo y poesía para presentarnos Juntos Suspensivos, un texto tan subversivo como conmovedor.
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