Una casa no es un hogar es el nuevo libro que la editorial El Desvelo edita como novedad este mes de noviembre. De corte biográfico, el libro cuenta la fascinante historia de una mujer nacida en un lejano pueblo de la Rusia blanca que llegó a ser la madame más influyente de la ciudad de Nueva York entre los años veinte y treinta del pasado siglo. Su nombre fue asociado por la sociedad biempensante de la época con el pecado y ese estigma la perseguió toda su vida.
Una casa no es un hogar es un relato ameno que se lee como una novela en donde se cuenta las vicisitudes de una niña rusa que a la edad de doce años parte sola para América en busca de la Tierra dorada o Goldine Madina, como se decía en Yanow, la aldea rusa en donde nació. Heredó el espíritu aventurero y soñador de su padre y también «su terco rechazo a conformarse con segundos platos y preferir un rol en la vida que no limitase mis actividades a cocinar, coser, fregar y parir hijos».
Con esa filosofía, viaja sola a América a una edad demasiado temprana para lo que ahora estamos acostumbrados. A los catorces años comienza a trabajar en diversas fábricas y enseguida se dio cuenta de que en una fábrica de hilos, o de telas o de corsés nunca saldría de la pobreza, y tenía claro que ésta no formaba parte de su futuro. Polly Adler se hizo madame más bien por casualidad y por casualidad se inició en el negocio convirtiéndose en toda una celebridad en el Nueva York de 1920, en plena Ley Seca. en 1962.