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Revista de prensa: Disjecta membra y el perseguido

Dos novelas de nuestra pequeña factoría han tenido eco recientemente en los blogs y revistas electrónicas: Disjecta membra, de la que Sergio Sancor, en La Cueva del Erizo, ha hecho una crítica tan elogiosa que nos sonroja; como El perseguido, maravillosa y fresca novela de Daniel Guebel, pura fantasía sin término, de la que Boomeran(g) acaba de hacerse eco.

'El Perseguido' · El Boomeran(g)Reseña del libro Disjecta membra de Alberto HontoriaReseña del libro Disjecta membra de Alberto Hontoria

“’El Perseguido’ · El Boomeran(g)”

Colegio de Médicos de Cantabria

El boletín del Colegio de Médicos de Cantabria, en su apartado de noticias culturales, nos dedican un espacio a ‘El perseguido’, de nuestro querido Daniel Guebel. Gracias!

Agradecimientos varios

Quisiéramos agradecer a todos aquellas personas que se acercaron a la presentaciones que, de ‘El perseguido’, de Daniel Guebel, hemos realizado en Santander y Madrid, así como a las librerías Gil y Casa del Libro que nos acogieron para realizar dichos actos y a los presentadores de los mismos, Javier Menéndez Llamazares y Alberto Santamaría. Ambos encuentros fueron maravillosos y, obviamente, como buenos reincidentes, reincidiremos. No es que nos debamos a nuestros lectores, es que somos nuestros lectores.

“El humor es un impulso contra la importancia”

Ayer tuvimos la puesta de largo de ‘El perseguido’, en la librería Gil de Santander, con un videoconferencia con el autor, Daniel Guebel, en la que durante 55 minutos disertó sobre su obra, su concepto de escritura y, ya puestos, Argentina, España y esa visión melancólica que tiene de la existencia y que se trasluce, entreverada de una prosa imaginativa y cargada de estilo literario, en sus textos. Cruzamos los dedos y la tecnología nos respetó. La verdad es que fue una gran tarde.

En la página de arriba reproducimos la entrevista a Guebel que publica hoy El Mundo Cantabria. La reproducimos íntegra aquí abajo:

“El humor es un impulso contra la importancia”

Daniel Guebel (Buenos Aires, 1956) y la eterna huida, la duplicidad, la esencia humana y, también, la aventura. El escritor argentino destripa a Ferreti, un antihéroe algo caradura, algo paranoico en El perseguido, la última novela publicada por la editorial cántabra El Desvelo.
Pregunta.-  El perseguido surge de su anterior novela El terrorista. ¿Qué le atrajo del personaje de Ferretti que le llevó a dedicarle un libro?
Respuesta.- Me gustan las novelas de personajes (soy un servidor cervantino, como se nota en Carrera y Fracassi) pero en general me siento a escribir llevado por tensiones. Voy derecho y de cabeza al asunto. Es el núcleo de hierro del asunto, su nudo, lo que me compete; el resto son sus funciones. En este caso, sí, El perseguido salió como un capítulo de El terrorista, que cuenta en clave personal las peripecias del fallecido Giovanni Ventura, un editor de izquierda extraparlamentaria italiana que fue acusado por el Estado de ser el autor intelectual del atentado fascista en Piazza Bologna.
El terrorista es un libro bastante raro, pero comparado con El perseguido, parece casi clásico. Ambos coinciden, sí, en el punto en que ambos personajes padecen agónicamente su destino. Y se diferencian, creo, en el tratamiento de la peripecia. En El perseguido quiero lograr ámbitos de extrema condensación de la aventura, donde el personaje atraviesa una serie imposible de hechos a máxima velocidad, para después caer en momentos de expansión del acontecimiento, justo cuando este se reduce a la mínima expresión. Hay una frase espantosa, que tipifica el fracaso de un escritor, y que voy a utilizar ahora: «Lo intenté, no sé si lo logré».
P.- ¿La disolución de la identidad es, paradójicamente, uno de los elementos identitarios del hombre?
R.- Recuerdo que Nabokov decía que el yo es un diamante precioso contemplado bajo cualquier luz, algo digno de ser conservado y trabajado en todo su brillo. A la vez, y litigando un poco con la afirmación del maestro ruso, podemos observar que la disolución de la identidad es, en términos místicos, la búsqueda de la incorporación en un ego impersonal, oceánico, colectivo o supremo, y en términos personales una catástrofe íntima de lo más interesante. Diría que la construcción de un personaje –y de la vida de una persona– se realiza en esos tres niveles, el de la hipotética trascendencia, el de la hipotética existencia y el de la hipotética desaparición.
P.- Frente a la clonación de Ferretti está la unicidad de Hunico, que, en el trasunto de genio científico, puede entenderse como una parodia de Dios. Dado que en la novela hay otras referencias religiosas, ¿puede entenderse como una reflexión sobre la trascendencia, la inmortalidad, la religión?
R.- ¡Sí, cómo no! Y si quiere agregue otras reflexiones. Hunico sería, en el fondo, la multi-clonación realizada, porque no necesita multiplicarse para huir: está en todas partes y aparece cuando le da la gana. Hay otra lectura, con la que podemos aburrir al lector y disuadirlo de comprar el libro, ya que estamos revelando todos sus secretos por adelantado: Hunico no es sólo, posiblemente, Dios. Hunico es, desde ya, un Uno, lo Único, pero también puede ser un Huno, es decir, un bárbaro germano, en este caso un nazi que quiere destruir a Ferretti cuando este, en alguna de sus metamorfosis, se convierte en judío.
P.- ¿La realidad puede explicarse con lo fantástico? ¿La ficción es el método más realista que existe?
R.- ¿A qué llama realidad? ¿Cómo sería explicada? ¿El lenguaje como un registro exacto de un sentido oculto en los hechos sin palabras? Si la explicación es lenguaje, el lenguaje es una construcción autónoma, que habla de sí misma, o, en todo caso, construye versiones, interpretaciones de lo que aborda. Y la realidad,  si es que existe algo así, permanecería ajena a esas presunciones verbales. ¿O no? No sé, voy a releer a Parménides.
En cuanto a la ficción, diría que es una realidad tan real como cualquier otra, íntegra y autónoma. Si pensamos en su referencia «material», las cosas que nombramos (coches, casas, países, personas), la ficción, no sería realista ni anti-realista, sería productora de nuevas realidades por arte combinatoria.
P.- Hay en su novela una sucesión frenética de personaje y situaciones. Hay mucho de cinematográfico en la obra. ¿Coincide en ello? Incluso en el argumento hay un episodio en Hollywood.
R.- ¡Cine de super-acción! Importa, sí, en algunos momentos, el elemento visual, pero me importa la comicidad y no la parodia, con ese airecito de estar por encima de aquello que toma por objeto de burla. El episodio cinematográfico tiene menos que ver con Hollywood (o con la industria del cine) que con la multiplicación especular de la identidad del protagonista.
P.- Si el mundo es un caos, ¿el único final posible es la destrucción como en su obra?
R.- El final será la destrucción, como sugieren los astrofísicos. Pero no nos apuraremos. ¿Adonde irían a parar mis libros, en ese caso? Me gusta el Apocalipsis como recurso de corte en mis narraciones.
P.- ¿Qué papel juega el humor en su obra?
R.- Es un sano impulso a eliminar el exceso de importancia, socava la inflación de sentido.

‘El perseguido’, el 30 de marzo en Madrid

Hoy nos ha llegado el libro de Daniel Guebel, ‘El perseguido’, y nunca nos acostumbramos a ese momento de abrir la caja y ver el resultado… Está todo impecable, pero por mucho que uno se lo imagine no tiene nada que ver lo que se diseña sobre un papel con tocarlo una vez hecho.

Ahora nos toca empujarlo. Vamos a presentarlo en Santander, el mismo día 27 de este mes en que se pone a la venta. Será en la Librería Gil de Santander (Plaza de Pombo, 19.30 horas). La novela será presentada e introducida por el escritor y periodista Javier Llamazares y se contará con una intervención del propio autor argentino. La segunda presentación será en la Casa del Libro de Madrid (calle Hermosilla, 19.30 horas), el 30 de marzo. En esta ocasión se ha optado por una conferencia-presentación que correrá a cargo del poeta y profesor de la Universidad de Salamanca, Alberto Santamaría, quien disertará sobre ‘El otro y los otros en Daniel Guebel’.

Guebel, by Javier Llamazares

Nuestro amigo Javier Menéndez Llamazares, periodista, escritor, poeta y otras muchas cosas, ha tenido la gentileza de acompañarnos en la presentación de El perseguido el lunes, 27 de febrero, en Santander (Librería Gil, 19.30 horas), una obra que diseccionará para el público. Llamazares (León, 1973) es autor de la novela El método Coué, entre otros libros, y colaborador de El Diario Montañés y Radio Santander.

Javier

‘El perseguido’, presentación en Santander

El lunes, 27 de febrero, presentaremos en la librería Gil de Santander nuestro último libro: ‘El perseguido’, de Daniel Guebel. La presentación correrá a cargo del escritor Javier Menéndez Llamazares y, por la editorial, de Javier Fernández Rubio. Daniel Guebel nos acompañará e intervendrá, cual Espíritu Santo, en una conexión en directo mediante Skype.

‘El perseguido’, un fragmento

“Así fue. Justo cuando venía escapando, Leonardo Ferretti leyó la revista Gente y se enteró: un argentino, el doctor Fabián Hunico, había inventado un método para reproducir en serie a la especie humana. Era una técnica basada en la partición de células, el aprovechamiento de genes, la fusión de protones, neutrones y priones… La noticia detuvo su viaje a la desaparición. Fue al consultorio-laboratorio del científico y como Hunico había liquidado su día de trabajo terminaron de copas en un bar. Al tercer whisky, Ferretti habló:

–Estoy harto de salir con muchas mujeres. Tengo un corralito de hembras, diez que forman mi harén. Soy un pájaro carpintero del sexo, ando martillando de acá para allá. Pero como no estoy enamorado de ninguna, cada vez que me toca el turno de atenderlas me digo: “Qué triste es esto, qué solo estoy”. Penetrarlas es igual a meter la mano detrás del telón en el teatro de sombras tailandés. Algunas noches me hago el propósito de quedarme tranquilo en casa viendo televisión, pero entonces escucho las voces de sus pensamientos llamándome. “Leonardo, amor, amor”. “Vení, soy toda tuya”. “¿Cómo podés dejar de verme sabiendo lo que haríamos juntos si estuvieras acá?”. Y el teléfono que suena a cualquier hora, y los golpes en la puerta por la madrugada. ¿Se imagina lo que es aguantar el lloriqueo de una, el histerismo de otra, la melancolía de la tercera, la ninfomanía de la cuarta (una bestia con un cuerpo fabuloso, fue Miss Bikini Balneario Mar Azul), las ganas de casarse de la quinta…?

–Déjelas a todas –dijo Hunico–. ¿Pedimos unas papitas, unos maníes?

–Es lo que me decían mis ex amigos. ¡Mozo! Me decían: “Somos la rabia y el hambre, somos los dientes de tu pan. Tiranos a esas perras calientes que en tu lugar vamos a saber qué hacer”. ¿Entiende mi tragedia, doctor? No sé abandonar. Me pone mal dejarlas, pienso qué va a ser de sus vidas, cómo se las arreglarán sin mí… Por eso le pido: reprodúzcame. Quiero que en la proliferación de mis simulacros ellas me tengan por compañía mientras yo gano descanso y soledad.

–¿Acaso desconoce que en las presentes condiciones de la evolución científica el desarrollo de una réplica no es sinónimo de reproducción de una identidad? –dijo Hunico– ¿Ignora que sus hipotéticas copias asumirían la categoría de entidades per se…? Aunque no nacidos del tibio y viscoso esperma, estos derivados resultarían sujetos sustanciales, y como tales…

–Mire, doctor. Sin ánimo de ofender. No es que sea un insensible, pero si no fuera porque en cuestiones de sexo el conocimiento se funda sobre la apariencia… ¡Me importaría un carajo que mis dobles le salieran parecidos o distintos a mí! Es curioso. De todas esas mujeres que dicen conocerme a la perfección no debe haber una que tenga el más mínimo atisbo de mi alma, como no lo tengo yo mismo, ni lo tendré, en tanto no sea propiedad de las almas el encarnarse o reflejarse. Y como nunca nadie habló de un alma en espejo y nadie la vio nunca, y como mis mujeres no han adorado más que mi epidermis, de la pura experiencia del tacto infieren que la cosa que acarician soy yo. Es por eso, para que funcione el engaño, que le ruego me haga copias que posean estricta semejanza respecto del original.

–Hay otros problemas –dijo Hunico–. No se trata sólo de adecuar mi voluntad a su pedido. En el presente estado del desarrollo científico no puedo garantizar resultados inmediatos. En realidad, sigo trabajan bajo los parámetros de prueba y error…”

Los libros también son viajeros

‘El perseguido’ ha sido impreso en Camus/Campher. En estos momentos viaja a Bilbao en donde será encuadernado. Luego una parte va a la distribuidora a Madrid y otra vuelve a Santander. ¡Viajará más que Ferretti, su protagonista!

Guebel, ¡al horno!

El próximo lunes entrará en máquinas nuestro próximo libro, el número 14. Se trata de ‘El perseguido’, de Daniel Guebel, un autor estupendo que es prácticamente desconocido en España pero que en Argentina ya ha publicado más de una docena de obras. Guebel es periodista y editor de libros de investigación, pero es su faceta como narrador la que llama nuestra atención por su potencia imaginativa y literaria. ‘El perseguido’ es una huida constante, delirante y desquiciada, arropada por un lenguaje rico e incisivo, una ocasión también para reflexionar sobre la identidad del hombre.

Para hacer realidad este proyecto hemos contado con la ayuda del propio autor y la agencia Nicole de Witt, así como de los ya habituales colaboradores:la diseñadora Carmen Quijano, de la empresa de Mónica Álvarez Careaga, y la gente de Fotomecánica Camus/Artes Gráficas Campher. Nosotros estamos muy contentos y esperamos que, el próximo día 27 en que la obra estará a la venta, los lectores también.

“No es casual que en ‘El perseguido’, la última novela de Daniel Guebel, se hable de Arthur Rimbaud. Guarro e irreverente para con el poeta francés, el que lo nombra y lo cita es el doctor Hunico, un especialista en clonación humana, cuando Leonardo Ferreti solicita la asistencia del galeno, desesperado porque lo buscan los servicios de inteligencia. Arthur Rimbaud decía: ‘Yo es otro’, le explica Hunico. Y agrega: ‘¡Qué ilusión! Yo querría ser otro, pero no puedo’. La conversación define una temática, un tono, un procedimiento, porque la novela no hace más que expandir la famosa frase de Rimbaud y explorar sus posibilidades narrativas, creando para eso situaciones francamente desopilantes. Guebel, que aspira a ser un escritor legible,

Foto: Luis Sens

transforma su erudición en un juego y cruza sus saberes literarios, teóricos y filosóficos con fenómenos y preocupaciones actuales para escribir una novela que resulta una indagación en clave cómica sobre la problemática de la identidad, al tiempo que mira con distancia e ironía las luchas políticas de los años setenta, la pretensión de cambiar el mundo y la idea misma de revolución. […] Atravesada por la ironía y el humor, esta novela que destruye la ilusión de la identidad y de la revolución mediante la proliferación de situaciones que tienen el brillo fulgurante del dibujo animado requiere de lectores dispuestos a entregarse a esta deriva narrativa y a la engañosa liviandad con que se encaran algunos de los temas más candentes y complejos de estos tiempos.

Patricia Somoza en el Diario La Nación, Buenos Aires.
Guebel.dossier

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