David Leighton escribe sobre la vida y obra de su tío Roland
Mi padre, Evelyn Leighton, tenía sólo quince años cuando su querido hermano mayor, el lugarteniente Roland Leighton, perdió la vida en el frente occidental de la Primera Guerra Mundial.
Tras esta inesperada tragedia, mi padre apenas tuvo contacto con sus padres y nunca les habló a sus propios hijos de lo ocurrido durante estos años de su vida. Sin embargo, a lo largo de su carrera como oficial en la marina británica, sintió que era su deber responder de algún modo a las altas expectativas creadas por su hermano Roland.
Nosotros, sus hijos, supimos muy poco de nuestro tío Roland hasta que, en el año 1979, apareció la versión televisiva del libro autobiográfico Testament of Youth. Esta miniserie se basaba en el famoso libro de memorias de Vera Brittain, publicado en 1933.
Tanto la serie de televisión como el libro, despertaron nuestro interés por la historia familiar, particularmente en la relación que mantuvieron la autora del libro, Vera Brittain, y nuestro tío Roland. Ambos se habían prometido en matrimonio antes de que Roland viajara por última vez al frente occidental en Francia, en agosto de 1915.
El talento literario de Roland se debió, en gran medida, a la influencia de sus padres. Su padre, Robert Leighton, llegó a publicar alrededor de cuarenta libros de aventuras para jóvenes, mientras que su madre, Marie Connor Leighton, aportaba la mayor parte de los ingresos familiares escribiendo novelas románticas. El entusiasmo militar de Roland fue una consecuencia directa de la ideología militar e imperialista que reinaba en el ambiente de los internados y colegios privados de la época.
En su poesía encontramos dos vertientes. Una de ellas dibuja claramente su viaje emocional, desde sus últimos días en el instituto, pasando por su encuentro con Vera y el descubrimiento del amor, hasta la desilusión producida por su experiencia en las trincheras. La otra vertiente es más experimental; en esta Roland parece querer jugar con diversas temáticas y formas poéticas, anunciando un futuro prometedor como escritor.
Al estudiar cuidadosamente la obra de Roland Leighton y traducirla diestramente al español, Paula Campos Fernández ha realizado una importante contribución. Nuestra esperanza es que, además de dar a conocer su valor literario, sirva también para reflejar la terrible pérdida de potencial humano que toda guerra provoca.
David Roland Leighton