Entrevista a Jesús Pardo
ENTREVISTA A JESÚS PARDO, AUTOR DE ‘ROJO PERLA’
-Mi primera pregunta es inevitable: ¿Cuánto hay de Jesús Pardo en Alberto Mediavilla Quincoces?
-Zola solía decir que todos los personajes de sus novelas eran trasunto de un bisabuelo suyo, y Flaubert fue más allá: “¡Madame Bovary”, dijo más de una vez, “soy yo!
Yo prefiero decir que el protagonista de esta novela mía: Alberto Mediavilla Quincoces, no tiene de mí más que parte del esqueleto. Lo demás es inventado o recordado o deseado, dando por resultado a un personaje que tiene muy poco de mi, y ese poco es inevitable: alguien dijo que los retratistas se retratan a sí mismos en todos los retratos que se les encargan.
–La mayor diferencia entre usted y su criatura, al parecer, es que esta reniega desde un inicio a la tarea de escribir mientras usted toma la derrota literaria en los años 80 después de una época como periodista. ¿Quién tuvo la decisión más acertada de los dos?
-La vida y el ambiente de mi protagonista induce a éste a desdeñar al principio la escritura, por haber crecido entre gente para quienes la literatura ha de comenzar por una jaculatoria a Santa Rita, abogada de imposibles, y toda clase de historias y comentarios propios de plumíferos a sueldo. Mi personaje, por supuesto, tiene muchas cosas mías, pero no soy yo. Y una de las diferencias entre él y yo es, ciertamente, su actitud ante la escritura, pues él prefiere la vida de acción, mientras yo nunca me salí de mi pasión por escribir y buscar el mundo literario.
-La agencia Newsworld es un trasunto de la agencia EFE de la que usted fue corresponsal en Ginebra. ¿Cómo ve aquella época profesionalmente? ¿Cómo ve el periodismo en la actualidad cuando se han perdido 8.000 empleos y cerrado decenas de medios?
-Todas las agencias de noticias son iguales, o muy parecidas, y la de mi novela padece de ese parecido por kantiano “imperativo categórico” . La mala vida a la que se sujeta en esa agencia a mi protagonista es, ciertamente, una característica específica que otras agencias no tienen. La de mi libro es elemental, servil, ignorante, dócil al poder y envuelta en falsa piedad religiosa, y todo ello velado por la más transparente de las virtudes: el analfabetismo crónico, ignorancia de todo cuanto no fuese fútbol. En tal ambiente la vida de mi protagonista tenía forzosamente que ser de lo más triste y sojuzgado. Y el evidente parecido entre éste y yo mismo es instintivo por mi parte, y parte de mi tendencia como memorialista de no decir más que la verdad como yo mismo la veo, por tristemente que rebotase contra mi mismo.
-Cercado por las mujeres, Alberto Mediavilla opta por vivir con ellas y sufrir una especie de martirio con venganza final a modo de coda. No parece tener en gran consideración a las mujeres. ¿Qué piensa usted de ellas?
-Podría hacerse un chiste facilón diciendo que en la lidia sexual, el macho es el que está casi siempre a la cuarta pregunta. Mi protagonista, en esto del sexo, alarga el brazo y coge lo que sea. En su fase de opulencia mi protagonista vuelve a dirigirse a la Chola de sus años jóvenes, entre otras razones, porque la encuentra tan dura y astuta como él mismo. Como diciendo: Mi mujer, más que guapa, ha de ser digna de mí: enemiga de sí misma. Yo creo que mi actitud ante las mujeres es variable, pues depende de la mujer que sea.
-Sin pretender destripar a la novela, me gustaría saber por qué, de todas las mujeres que se cruzan en el camino del protagonista hace una excepción con Chola, a la que parece indultar de la justicia mediavillista final. ¿Por qué? ¿Qué rasgos tiene ella, egoísta y calculadora como las demás, que la salven de la quema?
-La pregunta es lógica: ambos se desprecian el uno al otro porque cada uno se ve reflejado en el otro. Ambos son defensores y ofensores de sí mismos, y ambos ven en la riqueza un medio que les permitirá vivir solos, pero “solos en su propia compañía”, como dijo el inefable Campoamor.
-Hay algo determinista en este periplo hacia la nada del protagonista. Es como si usted quisiera decir: da igual lo que hagas, subir o bajar, al final es la nada. ¿Es Vd tan nihilista como escribe?
-Mi protagonista va constantemente hacia la nada porque solamente la nada puede ofrecerle lo imposible, aunque luego no se lo otorgue, pero esa es la gran ventaja de la nada: que, como nunca termina, nunca puede satisfacer del todo al que la ordeña: la nada es un “mañana eterno”, y las almas nadan felices en ella, porque es en su eterna ausencia donde ellas mejor viven.
-¿Qué aporta ‘Rojo perla’ a su carrera? ¿Qué necesidad hubo de escribirla? ¿Qué necesidad hay de leerla?
-¿Qué aporta a mi obra esta novela?, pues una obra más, y allá el lector que juzgue si hay en ella algo nuevo.
Al verdadero escritor casi siempre le parece que su última novela es la mejor de cuantas ha escrito. Y yo, francamente, pienso que de las mías hay una: “Ahora es Preciso Morir”, que sigue siendo la mejor de todas.
En cuanto a necesidad de escribirla, ahí va eso. Yo, como casi todos los escritores, siempre tengo necesidad de escribir, y esta necesidad pienso que va acorde con la novela que nos ocupa; en la que se refleja la situación de mi propio estado de ánimo.
Y en cuanto a necesidad de leerla: cero, yo tenía un tío que siempre compraba el libro que estuviese a la moda, y luego iba por Santander poniéndola por las nubes sin haber leído más que el título.
-¿Su relación de amor/odio con el sardinerismo o santanderinismo no entraña una decepción por los pobladores de una ciudad que merecería mejores huéspedes?
-Para quien nació en Santander (yo nunca digo Cantabria) no es un imperativo, categórico o no, vivir en Santander, pero para quien vive exiliado de Santander sí que le es imprescindible vivir en Santander: en el cementerio preferiblemente, porque la muerte es impermeable a la decepción. Y éste me parece a mí que va a ser mi caso. En cuanto a la calidad de los huéspedes, cada uno hace lo que puede, y si Santander es el único que no hace lo que puede es por la sencilla razón de que ya lo hizo en el instante mismo de nacer a la geografía mundial, y desde entonces, menos mal, no ha cambiado..
-¿Vivir en Madrid es, más que una opción, un imperativo para quien nació en Cantabria?
-Si yo vivo en Madrid es, simplemente, porque es aquí donde tengo a mi barbero, y en cuanto a la arrogancia capitalina, ya ha desaparecido de mí por exceso de uso.
-La sátira social es un género perdido y que usted practica, en mi opinión como nadie. ¿Los tiempos que vivimos no merecerían un resurgir de este género?
-La sátira es una de las artes más difíciles. El “castigat ridendo mores”, del gran satírico latino, Juvenal, es muy difícil de imitar sin que parezca imitación. Yo me limito a poner los ojos en blanco cuando veo algo criticable, y tiemblo sólo de pensar en lo que se va a reír de mí en el otro mundo el gran poeta satírico que acuñó esta definición.
-¿En qué trabaja ahora?
Una novela algo más larga y de trama muy enredada, que todavía no tiene título. Estará lista, espero, para la primavera próxima.
Jesús Pardo, a 19 de marzo del 2014.
Entrevista a Eduardo Gruber en ‘La cueva del Erizo’
El pintor y escritor cántabro Eduardo Gruber da las claves de su primera novela, El devorador íntimo en una entrevista que realizó La cueva del Erizo con motivo de la presentación de la obra en la librería La Central, de el Museo Reina Sofía, de Madrid.
@lacuevadelerizo
Entrevista a Kepa Murua en VTV Gasteiz
VTV Gasteiz, canal de televisión local de Vitoria, ha realizado una extensa entrevista a Kepa Murua, quien publicó su primera novela, Un poco de paz, con nosotros. En No Hay Rosa Sin Espinas, Joseba Cabezas acerca el perfil más humano del poeta, ensayista, y comunicador Kepa Murua. La entrevista es extensa y aborda con profundidad la personalidad y la obra de este fascinante autor vasco que ha hecho de la literatura y el arte una forma de vida. Anécdotas, pensamientos y explicaciones en una entrevista que no tiene desperdicio y de la que nosotros estamos profundamente agradecidos y contentos.
Cosas que a veces hacemos (y que rara vez difundimos)
… como por ejemplo entrevistas en periódicos. Como por ejemplo esta, hecha al escritor, editor, fotógrafo, José Naveiras, cuya última novela ‘Memorias del cementerio’, presentaremos el sábado en la Librería Gil de Santander (19.30 horas). Aquí va la entrevista íntegra para conocer mejor a nuestro colega y, sin embargo, amigo:
-¿El hecho de haber estado viviendo en un cementerio lo diferencia del común de los mortales (nunca mejor dicho)?
-No sé, no creo. Yo nací en el cementerio de la Almudena de Madrid y me crié en él hasta que cumplí los 22. Es un sitio, desde luego, muy curioso para vivir, para crecer y educarte, pero eso no creo que me haga diferente al resto. Sólo atípico.
-¿Qué significa la muerte para usted?
-Lo mismo que para los demás, supongo. La muerte para mí no es más que el final de una película de la que no seremos conscientes. El fin de unas vivencias y de todas las experiencias. Después si hay olvido o no, al afectado o afectada, desde luego, le va a dar igual porque no nos vamos a dar cuenta de ello.
-Su personaje es un sociópata dedicado a crear muerte por encargo, ¿Por qué Carlos pudiendo escribir de otros caracteres?
-La idea original era crear una novela que me ayudara a encauzar mis experiencias en el cementerio. Francamente, ser escritor y no aprovechar el haberte criado en un cementerio sería casi un crimen. Comencé a desarrollar la idea, pero no quería que la novela fuera sólo escribir sobre mis experiencias en el cementerio, sino jugar con ellas de otra forma. Por otro lado, quería una novela divertida, rápida de leer y con cierta dosis de acción. Así que creé a Carlos. Alguien que se diferenciara mucho de mí, pero que me permitiera hablar de la experiencia de vivir en un cementerio. No quería que me dijeran aquello de “se nota que Carlos eres tú”, quería que el personaje fuera un ser despreciable para que no se le identificara conmigo. Así que pensé que no hay nada peor que alguien que su desapego por la vida le llevara a matar por dinero sin importarle nada más. Aunque por otro lado quería también que el lector o lectora llegara a sentir cierta simpatía en algunos momentos. Pero esta segunda idea llegó después.
-Hay múltiples referencias al mundo del cómic, la música, el cine. Incluso el lector del libro puede acercarse a él desde otros soportes y fuentes (spotify, blog…) ¿Esta es una marca generacional?
-Por un lado sí, tiene muchas influencias de otros ámbitos artísticos y me gusta que hagas referencia a lo del cómic porque muy poca gente la ha visto y empezaba a pensar que no estaba clara. Las influencias son muy visuales. Yo era lector compulsivo de comics, de todo tipo, pero sobre todo aquellos que contaban historias de tipos solitarios. Quería una novela muy visual, quería que las imágenes golpearan en la cabeza de la gente que la leyera. Así que recurrí a la forma de presentar las distintas historias del comic. Tomé además la forma de narrar del cine negro americano y del de gángsters, un par de géneros que siempre me han gustado, desde esas maravillosas películas en blanco y negro como “El halcón maltés” o “Ángeles con caras sucias” hasta aquellas magníficas de los 70 donde los tipos duros eran detectives tipo Steve McQueen en “Bullitt”, por ejemplo. Lo de ponerle música a la novela viene precisamente de esas películas de los 70 que tenían maravillosas bandas sonoras (busquen ustedes la bso de Bullit y disfruten). Fue entonces cuando quise que el protagonista estuviera siempre rodeado de música y que la gente no solo pudiera leer un montón de nombres y títulos de álbumes y canciones, sino que pudieran escuchar las canciones a las que se hacen referencia. La tecnología de la que disponemos hoy en día nos permite eso sin que el proyecto sea inviable por culpoa de los derechos de autor. Hubiera sido imposible sacar un disco con toda esa música, así que busque en Spotify, Deezer y Groveshark y cree las listas de reproducción con las canciones que escucha el protagonista.
Respecto a si es una marca generacional, no lo sé. Yo tengo 47 años, nací a mediados de los sesenta y mi generación ha vivido unos cambios tecnológicos impresionantes, del cine de barrio y la tele en blanco y negro a las descargas online. Da vértigo si lo piensas bien. Además soy también de esas personas que aprendieron a leer con cómics y luego nos hemos convertido en lectores de narrativa, poesía, teatro…
-Ha publicado poesía y narrativa, se ha internado en otros campos como el de la fotografía, es un activista cultural en Madrid y según tengo entendido codirige la editorial La Vida Rima. ¿Por qué esta hiperactividad? ¿Qué le reporta la cultura, máxime cuando reconoce vivir de otros trabajos?
-La hiperactividad es por simple inquietud creativa. Veo y leo cosas que hace la gente y que me parecen maravillosas. Entonces pienso en si podría hacer algo así yo y me pongo a ello. Llevo haciendo fotos desde los 16, luego me puse a escuchar música, a escribir narrativa, luego vendría la poesía, el diseño gráfico… en fin, que me gusta crear y la tecnología actual nos permite acercarnos a herramientas de creación que antes nos era más difícil o costoso utilizar. Yo trabajo de informático, pero de la parte más aburrida de la informática, la de gestión. Aplicaciones para bancos, aseguradoras y cosas así. Es un trabajo que hace que tengas que estar concentrado solo y exclusivamente en lo que estás haciendo. Cuando salgo del trabajo desconecto y me dedico a toda actividad cultural que me de mi tiempo libre. Antes lo hacía como espectador y ahora también como parte de ello. El detonante fue en 2007 cuando un grupo de amigos y amigas creamos la asociación cultural La Vida Rima. De ahí se crearon muchas sinergias y fue toda una explosión de creatividad. Hace dos años decidimos crear una microeditorial y yo me encargo de coordinarla junto a Eva Gallud y es toda una grata experiencia, esto nos permite hacer visibles los trabajos poéticos de mucha gente. Todo es muy emocionante y por nada querría perdérmelo.
-¿A quién tiene en mente cuando escribe? ¿Hay algún tipo de lector en el que piense?
-Pienso en todas aquellas novelas que no me han gustado e intento escribir al contrario. No pienso en un lector tipo, sólo escribo.
-Dado que puede ver el espectáculo a ambos lados de la barrera, como editor y como escritor, ¿cómo ve el panorama actual? ¿Hay lugar al optimismo?
-Pues la cosa está muy extraña. Por una lado hay muchísima creación y tenemos la posibilidad de editar con una bajada de costes muy importante. Por otro lado toda esta explosión creativa que vivimos no nos lleva a un aumento de la calidad literaria, aunque tampoco creo que esto sea una novedad. Yo sí soy optimista, aunque habrá que ver qué es lo que queda de todo esto. La situación está en que la industria tradicional está muriendo por su propia avaricia y se han creado nuevas fórmulas y mercados para mostrar cosas que no sean las de siempre. Como siempre, ni todo es bueno ni todo es malo, sólo que la cosa está cambiando y eso asusta a los de siempre.
-¿Qué le diría su personaje al ministro Wert?
Pues no creo que a Carlos le importase mucho lo de Wert. En realidad, él (Carlos, no Wert) es el resultado del individualismo, ése al que el neoliberalismo nos está llevando, ése mismo que nos lleva cada vez más a pensar que los problemas de los demás son una molestia y que lo mejor es ignorarlos porque uno mismo es lo único que merece la pena. Aunque, ojo, no quiero decir que el neoliberalismo nos lleve a ser asesinos. No. Lo que quiero decir es que el neoliberalismo nos lleva al individualismo absoluto y eso, creo, es lo peligroso. Es sólo que la incultura programada, el cortar el acceso a la cultura a aquellos que no tienen dinero y demás, lo único que hace es intentar que de nuevo la cultura sea una cosa de élites y de forma esporádica de alguna persona que por su genio destaque del resto. Pero, claro, eso es lo que yo digo, porque a Carlos sencillamente le daría igual, a él sólo le importa él y sólo se preocuparía de Wert si fuese un problema directo para sus objetivos.
-¿Qué está preparando ahora?
-Tengo en cartera dos libros de poemas. Uno sobre mi experiencia como padre, de la paternidad y la relación que se crea padre/hijo que se titulará “Sonrisa y también vaca”, otro donde trato de mezclar conceptos de física cuántica con la poesía (“Berberechos cuánticos”) y una novela que de momento se titula “Él es tan bella” que va de la tórrida historia de amor de un travesti al que le gusta el country y que es la Dolly Parton de España, un folletín al estilo Sawa, pero en el siglo XXI.
Kepa Murua: “El miedo no debe paralizar lo que uno quiere hacer o decir”
“Kepa Murua no es una de esas personas que pasa de puntillas por la vida. Más bien todo lo contrario. Se implica a conciencia en cada uno de sus proyectos, aunque de alguno no salga del todo bien parado. Cree firmemente que «el miedo no tiene que paralizar lo que uno siente que debe hacer o decir» y por eso ahora se ha embarcado en una nueva aventura con la que se le abre «un campo narrativo importante».
A finales de este mes publicará lo que será su primera novela, Un poco de paz, donde dos hombres afrontan de una manera distinta un pasado compartido. «Una obra con voces y registros diferentes que se te mete en la cabeza sin saber bien por qué», asegura su autor. Un poco de paz, que verá la luz de la mano de El Desvelo Ediciones, es la historia de David que, tras descubrir un diario que su padre escribió años atrás, decide reconstruir su figura al tiempo que comienza a plantearse esas cuestiones que tarde o temprano todo el mundo se pregunta: ¿Qué nos depara el futuro? ¿Hacia dónde vamos? ¿Por qué somos así?.”
Gema Ponce. El Mundo Cantabria. 11/2/13
Entrevista a Rebeca en El Diario Montañés
“Entiendo la vida
como un combate”
CITA EN CORTO
Gran entrevista
doble extracto entrevista mundo 4 enero 2010
Reproducimos una gran entrevista que la periodista Irene Sainz le hizo a Alberto Santamaría la pasada semana y que publicó El Mundo Cantabria, junto a un extracto de su libro ‘B’. No tiene desperdicio, aunque nuestra opinión no es objetiva, claro.
Entrevista Alberto
Guillermo Balbona, jefe de Cultura de El Diario Montañés, acaba de publicar una entrevista a Alberto Santamaría, en las que desvela algunas de las claves de ‘B’. El estilo por encima de la trama; la Muerte y el Aburrimiento; nuestra editorial. Gracias a ambos por sus palabras y esfuerzo.