Etiqueta: Eva Gallud

Un poema de Vera Brittain: ‘Quizás’

Quizás 

Quizá algún día el sol vuelva a brillar 

y veré que el cielo sigue siendo azul,

y sentiré una vez más que no vivo en vano 

aunque sea despojada de ti.

Quizá los prados dorados a mis pies 

harán agradables las horas de sol primaveral

y me parecerán dulces las blancas flores de mayo 

aunque te hayas ido.

Quizá los bosques de estío resplandezcan, 

las rosas rojas sean hermosas de nuevo

y una delicia los otoñales campos de cosecha, 

aunque tú no estés aquí.

Quizá algún día no me encoja de dolor 

al ver pasar el año que termina

y escuche de nuevo villancicos 

aunque tú no puedas oírlos.

Pero aunque el amable Tiempo renueve ciertos gozos 

el más grande de ellos no sentiré de nuevo

pues mi corazón se quebró 

hace largo tiempo al perderte.

Vera Brittain. Poema dedicado a Roland Leighton. Primer Hospital General de Londres, febrero de 1916. Trad.: Eva Gallud Jurado

La sinrazón de la guerra, de la mano de Siegfried Sassoon

Coontraataque, de Siegfried Sasson (descatalogado)


#contraataque
, de #siegfriedsassoon es un conjunto de poemas, realistas, duros y desencantados, que publicamos hace años y que ahora se encuentran descatalogados (interesados, consultar con la editorial). Sassoon, combatiente en la I Guerra Mundial, hizo trizas la mítica caballeresca de la guerra. Reflejo del batallar en las trincheras, ‘Contraataque’ toma como material poético la sinrazón de la guerra, la vesania de los mandos militares, la fraternidad, el hogar perdido, la masacre de los camaradas, el amarillismo de la prensa y el deseo de paz por encima de todo. Sassoon igualó con su pluma la valentía que mostró en la batalla. Con la misma pasión que mostrara en el frente, Jack el Loco, como lo apodaban sus hombres, exhibe la galería de horrores bélicos con diversos tonos poéticos, desde desde los descriptivo pasando por la ironía hasta cierta épica de la humanidad. 

Junto con la obra de Sassoon nosotros hemos publicado también la de Rupert Brooke, #poesiaesencial, como la de Roland Leighton, #unllantosobreelmar. Asimismo, hemos publicado una antología de poesía hecha por mujeres, #nadatanamargo.

Tanto la obra de Sassoon como la de Brooke y la de las poetas ha sido traducida por Eva Gallud Jurado, mientras que la de Leighton es de Paula Campos Fernández.

#poesia #poetry #ultimathule #warpoet #poesiabritanica

Poetas británicas

Nada tan amargo

Los poemas escritos por estas seis mujeres surgieron de experiencias personales que conforman un muestrario de estados de ánimo. Podemos encontrar en esta edición bilingüe poemas atravesados por la pena, la repulsión, el horror, el odio, el amor o la compasión. Algunas ya gozaban de una reputación literaria. Otras la fraguaron durante y después del conflicto de la I Guerra Mundial. Prólogo, notas y traducción de Eva Gallud.

Brittain, Vera

(1893–1970) Escritora, feminista y pacifista inglesa, recordada por ser la autora de un libro superventas ‘Testamento de juventud’ (1933).

Ford, S. Gertrude

Ferviente feminista, escribió Lessons in verse-Craft, y también editó 30 libros escritos por Erskine MacDonald, llamados ‘Little Books of Geoergian Verse’.

Macaulay, Rose

(1881-1958) Escritora británica conocida sobre todo por su premiada novela Las torres de Trebisonda. Las novelas de Macaulay en parte se vieron influidas por Virginia Woolf.

Pope, Jessie

Escritora y periodista inglesa, conocida por sus poemas publicados durante la Primera Guerra Mundial.

Sackville, Margaret

Autora de libros infantiles. Fue activista pacifista.

Wedderburn Cannan, May

Participó como enfermera en la Primera Guerra Mundial.

Crítica de Luisa Cabello, de ‘La cueva del erizo’, sobre ‘Una casa no es un hogar’

Es, sin duda, un relato de asombrosa naturalidad y sin resentimiento sobre una vida trepidante, peligrosa, situada a los lados de la moral, que retrata la sociedad de su tiempo y también las que le precedieron y las que están por venir. Hombres y mujeres siempre han necesitado de lugares secretos para satisfacer sus deseos más íntimos. Y, como siempre, hay muchas formas de llevar una casa. Esta es la de Polly Adler. Una genial propuesta de El Desvelo Ediciones.

Polly Adler, la ‘madame’ más importante del Nueva York de los años 20

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Una casa no es un hogar es el nuevo libro que la editorial El Desvelo edita como novedad este mes de noviembre. De corte biográfico, el libro cuenta la fascinante historia de una mujer nacida en un lejano pueblo de la Rusia blanca que llegó a ser la madame más influyente de la ciudad de Nueva York entre los años veinte y treinta del pasado siglo. Su nombre fue asociado por la sociedad biempensante de la época con el pecado y ese estigma la perseguió toda su vida.

Una casa no es un hogar es un relato ameno que se lee como una novela en donde se cuenta las vicisitudes de una niña rusa que a la edad de doce años parte sola para América en busca de la Tierra dorada o Goldine Madina, como se decía en Yanow, la aldea rusa en donde nació. Heredó el espíritu aventurero y soñador de su padre y también «su terco rechazo a conformarse con segundos platos y preferir un rol en la vida que no limitase mis actividades a cocinar, coser, fregar y parir hijos».

Con esa filosofía, viaja sola a América a una edad demasiado temprana para lo que ahora estamos acostumbrados. A los catorces años comienza a trabajar en diversas fábricas y enseguida se dio cuenta de que en una fábrica de hilos, o de telas o de corsés nunca saldría de la pobreza, y tenía claro que ésta no formaba parte de su futuro. Polly Adler se hizo madame más bien por casualidad y por casualidad se inició en el negocio convirtiéndose en toda una celebridad en el Nueva York de 1920, en plena Ley Seca. en 1962.

Así es como conoció a las altas esferas de la sociedad, la gente del teatro, artistas y escritores y como no, a los más granado del hampa neoyorquino, al máximo jefe Joe Masseria, Owney Madden y Dutch Schultz que la protegió durante un tiempo. También a lo más corrupto de la policía, «a los que odiaba tanto como a los chulos y a los traficantes de drogas», ya que utilizaba su posición para sacar sobresueldos y sobornar a quién disfrutaba de los placeres prohibidos. A pesar de todos los peligros que rondaban a su alrededor, Polly Adler siempre fue una persona íntegra que trató de ser la mejor profesional en su negocio. Al menos así lo reconocían tanto «sus chicas», a las que cuidó y ayudó, como sus clientes y competidoras. Todos hablaban maravillas de su jefa y rival.

Todas estas experiencias reflejan la interesante vida de Polly Adler y lo que le llevó a escribir sus memorias que fueron un éxito de ventas en la época, con versión cinematográfica incluida.

El libro es inédito en España y la traducción ha corrido a cargo de Eva Gallud Jurado.

Cosas que a veces hacemos (y que rara vez difundimos)

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… como por ejemplo entrevistas en periódicos. Como por ejemplo esta, hecha al escritor, editor, fotógrafo, José Naveiras, cuya última novela ‘Memorias del cementerio’, presentaremos el sábado en la Librería Gil de Santander (19.30 horas). Aquí va la entrevista íntegra para conocer mejor a nuestro colega y, sin embargo, amigo:

-¿El hecho de haber estado viviendo en un cementerio lo diferencia del común de los mortales (nunca mejor dicho)?

-No sé, no creo. Yo nací en el cementerio de la Almudena de Madrid y me crié en él hasta que cumplí los 22. Es un sitio, desde luego, muy curioso para vivir, para crecer y educarte, pero eso no creo que me haga diferente al resto. Sólo atípico.
-¿Qué significa la muerte para usted?

-Lo mismo que para los demás, supongo. La muerte para mí no es más que el final de una película de la que no seremos conscientes. El fin de unas vivencias y de todas las experiencias. Después si hay olvido o no, al afectado o afectada, desde luego, le va a dar igual porque no nos vamos a dar cuenta de ello.
-Su personaje es un sociópata dedicado a crear muerte por encargo, ¿Por qué Carlos pudiendo escribir de otros caracteres?

-La idea original era crear una novela que me ayudara a encauzar mis experiencias en el cementerio. Francamente, ser escritor y no aprovechar el haberte criado en un cementerio sería casi un crimen. Comencé a desarrollar la idea, pero no quería que la novela fuera sólo escribir sobre mis experiencias en el cementerio, sino jugar con ellas de otra forma. Por otro lado, quería una novela divertida, rápida de leer y con cierta dosis de acción. Así que creé a Carlos. Alguien que se diferenciara mucho de mí, pero que me permitiera hablar de la experiencia de vivir en un cementerio. No quería que me dijeran aquello de “se nota que Carlos eres tú”, quería que el personaje fuera un ser despreciable para que no se le identificara conmigo. Así que pensé que no hay nada peor que alguien que su desapego por la vida le llevara a matar por dinero sin importarle nada más. Aunque por otro lado quería también que el lector o lectora llegara a sentir cierta simpatía en algunos momentos. Pero esta segunda idea llegó después.
-Hay múltiples referencias al mundo del cómic, la música, el cine. Incluso el lector del libro puede acercarse a él desde otros soportes y fuentes (spotify, blog…) ¿Esta es una marca generacional?

-Por un lado sí, tiene muchas influencias de otros ámbitos artísticos y me gusta que hagas referencia a lo del cómic porque muy poca gente la ha visto y empezaba a pensar que no estaba clara. Las influencias son muy visuales. Yo era lector compulsivo de comics, de todo tipo, pero sobre todo aquellos que contaban historias de tipos solitarios. Quería una novela muy visual, quería que las imágenes golpearan en la cabeza de la gente que la leyera. Así que recurrí a la forma de presentar las distintas historias del comic. Tomé además la forma de narrar del cine negro americano y del de gángsters, un par de géneros que siempre me han gustado, desde esas maravillosas películas en blanco y negro como “El halcón maltés” o “Ángeles con caras sucias” hasta aquellas magníficas de los 70 donde los tipos duros eran detectives tipo Steve McQueen en “Bullitt”, por ejemplo. Lo de ponerle música a la novela viene precisamente de esas películas de los 70 que tenían maravillosas bandas sonoras (busquen ustedes la bso de Bullit y disfruten). Fue entonces cuando quise que el protagonista estuviera siempre rodeado de música y que la gente no solo pudiera leer un montón de nombres y títulos de álbumes y canciones, sino que pudieran escuchar las canciones a las que se hacen referencia. La tecnología de la que disponemos hoy en día nos permite eso sin que el proyecto sea inviable por culpoa de los derechos de autor. Hubiera sido imposible sacar un disco con toda esa música, así que busque en Spotify, Deezer y Groveshark y cree las listas de reproducción con las canciones que escucha el protagonista.

Respecto a si es una marca generacional, no lo sé. Yo tengo 47 años, nací a mediados de los sesenta y mi generación ha vivido unos cambios tecnológicos impresionantes, del cine de barrio y la tele en blanco y negro a las descargas online. Da vértigo si lo piensas bien. Además soy también de esas personas que aprendieron a leer con cómics y luego nos hemos convertido en lectores de narrativa, poesía, teatro…
-Ha publicado poesía y narrativa, se ha internado en otros campos como el de la fotografía, es un activista cultural en Madrid y según tengo entendido codirige la editorial La Vida Rima. ¿Por qué esta hiperactividad? ¿Qué le reporta la cultura, máxime cuando reconoce vivir de otros trabajos?

-La hiperactividad es por simple inquietud creativa. Veo y leo cosas que hace la gente y que me parecen maravillosas. Entonces pienso en si podría hacer algo así yo y me pongo a ello. Llevo haciendo fotos desde los 16, luego me puse a escuchar música, a escribir narrativa, luego vendría la poesía, el diseño gráfico… en fin, que me gusta crear y la tecnología actual nos permite acercarnos a herramientas de creación que antes nos era más difícil o costoso utilizar. Yo trabajo de informático, pero de la parte más aburrida de la informática, la de gestión. Aplicaciones para bancos, aseguradoras y cosas así. Es un trabajo que hace que tengas que estar concentrado solo y exclusivamente en lo que estás haciendo. Cuando salgo del trabajo desconecto y me dedico a toda actividad cultural que me de mi tiempo libre. Antes lo hacía como espectador y ahora también como parte de ello. El detonante fue en 2007 cuando un grupo de amigos y amigas creamos la asociación cultural La Vida Rima. De ahí se crearon muchas sinergias y fue toda una explosión de creatividad. Hace dos años decidimos crear una microeditorial y yo me encargo de coordinarla junto a Eva Gallud y es toda una grata experiencia, esto nos permite hacer visibles los trabajos poéticos de mucha gente. Todo es muy emocionante y por nada querría perdérmelo.
-¿A quién tiene en mente cuando escribe? ¿Hay algún tipo de lector en el que piense?

-Pienso en todas aquellas novelas que no me han gustado e intento escribir al contrario. No pienso en un lector tipo, sólo escribo.
-Dado que puede ver el espectáculo a ambos lados de la barrera, como editor y como escritor, ¿cómo ve el panorama actual? ¿Hay lugar al optimismo?

-Pues la cosa está muy extraña. Por una lado hay muchísima creación y tenemos la posibilidad de editar con una bajada de costes muy importante. Por otro lado toda esta explosión creativa que vivimos no nos lleva a un aumento de la calidad literaria, aunque tampoco creo que esto sea una novedad. Yo sí soy optimista, aunque habrá que ver qué es lo que queda de todo esto. La situación está en que la industria tradicional está muriendo por su propia avaricia y se han creado nuevas fórmulas y mercados para mostrar cosas que no sean las de siempre. Como siempre, ni todo es bueno ni todo es malo, sólo que la cosa está cambiando y eso asusta a los de siempre.
-¿Qué le diría su personaje al ministro Wert?

Pues no creo que a Carlos le importase mucho lo de Wert. En realidad, él (Carlos, no Wert) es el resultado del individualismo, ése al que el neoliberalismo nos está llevando, ése mismo que nos lleva cada vez más a pensar que los problemas de los demás son una molestia y que lo mejor es ignorarlos porque uno mismo es lo único que merece la pena. Aunque, ojo, no quiero decir que el neoliberalismo nos lleve a ser asesinos. No. Lo que quiero decir es que el neoliberalismo nos lleva al individualismo absoluto y eso, creo, es lo peligroso. Es sólo que la incultura programada, el cortar el acceso a la cultura a aquellos que no tienen dinero y demás, lo único que hace es intentar que de nuevo la cultura sea una cosa de élites y de forma esporádica de alguna persona que por su genio destaque del resto. Pero, claro, eso es lo que yo digo, porque a Carlos sencillamente le daría igual, a él sólo le importa él y sólo se preocuparía de Wert si fuese un problema directo para sus objetivos.
-¿Qué está preparando ahora?

-Tengo en cartera dos libros de poemas. Uno sobre mi experiencia como padre, de la paternidad y la relación que se crea padre/hijo que se titulará “Sonrisa y también vaca”, otro donde trato de mezclar conceptos de física cuántica con la poesía (“Berberechos cuánticos”) y una novela que de momento se titula “Él es tan bella” que va de la tórrida historia de amor de un travesti al que le gusta el country y que es la Dolly Parton de España, un folletín al estilo Sawa, pero en el siglo XXI.

Caja de Luz

‘Caja de Luz’ es el nombre de nuestra pequeña colección de fotografía, que dentro de unos días tendrá su segundo título: ‘La querella oculta. Jeff Wall y la crítica de la neovanguardia’. Lo que inicialmente pretendía ser una incursión en el arte, en seguida derivó al campo fotográfico. Y pretendimos, sin pecar de originalidad, hacer un libro sencillo, bello, y que se situara entre el álbum de fotos, el catálogo, y el microensayo. Elegimos rápidamente el formato de entrevista y una estructura en la que, a modo de sandwich, las palabras acogieran un repaso a las imágenes de la carrera.

Empezamos por Rax Rinnekangas, con quien nos une una amistad personal. Hicimos ‘Ícaro’ (así lo llamábamos aunque su título es más largo y juguetón: ‘Rax Rinnekangas. Fabricando ladrillos de luz para la casa de ícaro’), una palabra fetiche para este creador autodidacta que ha recibido dos premios nacionales en su país (Finlandia), uno de ellos de fotografía, precisamente. La entrevista la hicimos nosotros en Helsinki y como entrevistadores no tuvimos pretensión en ningún momento en teorizar con nuestras preguntas. No es un libro de crítico de arte, ni nunca lo pretendió. La autoría se diluye en el objeto/sujeto entrevistado. Entronca más este formato con el periodismo. Simplemente las preguntas servirían, ésa era al menos la intención, para que el autor explicara su obra, con sus propias palabras, que desarrollara sus ideas. Mentempsicosis, epifanías, autismo social, crímenes y remordimiento, Tarkovski y el Holocausto, la velocidad de obturación acompasada con el ritmo del corazón… ¿Realmente fue un libro de fotografía? El libro resultante tuvo/tiene un gran carácter divulgativo, ya que la intención era dar a conocer una figura, no disertar sobre su obra. Para eso teníamos a su propio creador. El resultado nos gustó y creo que también a los curiosos que a él se acercaron.

El libro de Jeff Wall que vamos a publicar en breve es similar y distinto. Decidimos por de pronto mantener la estructura pero simplificar la portada y dejar todo el protagonismo a la imagen. La familia tipográfica Archer nos encanta, ni que decir tiene. Da una gran elegancia al conjunto. En cuanto a su contenido, conjuga la reflexión sobre el arte con el diálogo técnico sobre la propia carrera del artista. Aquí tenemos que decir que el trabajo de Víctor del Río nos ha impresionado. Se trata de un diálogo entre dos amigos (lo son) pero con un alto nivel teórico y estético. Por ello, estamos convencidos de que el libro contentará al aficionado y al especialista.

El libro, la entrevista, surgió realmente en 2006. Víctor, estudiando la Escuela de Vancouver de la que Wall puede considerarse uno de sus más destacados hitos, realizó una entrevista en su casa para un libro previo. Pero la entrevista estaba ahí. Jeff habla sobre su carrera, sobre la fotografía, sobre la cultura. Hay entreveradas afirmaciones muy personales sobre la historia y el pensamiento, sobre las dudas y expectativas de todo creador.

Decidimos reproducirla. En la transcripción de las cintas han intervenido Colin Luker y Ed Wood. Y luego llegó el trabajo de Eva Gallud que lo tradujo brillantemente solventando tecnicismos y conceptos que no son fáciles de trasladar al castellano, máxime si se tiene en cuenta que proceden de una conversación entre dos especialistas que dan por sobreentendidos ciertos detalles. El resultado es accesible para muchos tipos de lectores y eso nos gusta. El propio Jeff depuró el resultado final y seleccionó las imágenes que conforman el pliego central. 23 fotografías en color que son todo un descubrimiento para el que no conozca la trayectoria de este artista de primer orden y un objeto de posesión para quien ya le conozca y reconozca.

Y eso es todo, amigos. A partir de ahora, el libro iniciará su viaje él solito, en busca de lector, y ya no dependerá de nosotros ni de sus creadores.

 

‘Jeffwallismo’, ahí va eso

Probablemente Jeff Wall sea uno de los artistas contemporáneos más importantes de la segunda mitad del siglo XX y principios del XXI. Al margen de su obvia influencia en el uso de la fotografía por parte de innumerables artistas más jóvenes, su trayectoria ha sedimentado un imaginario propio. La serie de obras, no especialmente numerosas, pero creadas como cuadros al modo de los antiguos maestros, le sitúa entre las referencias fundacionales de algunas poéticas contemporáneas. Entre sus aportaciones más conocidas se encuentra sin duda la inauguración de una peculiar forma de crear fotografías escenificadas que se reproducen en grandes formatos y, con frecuencia, sobre el soporte de cajas de luz. Desde 1978 viene realizando este tipo de obra que se presenta como una respuesta a los planteamientos del arte conceptual en el que militó a principios de los 70. Además de las numerosas exposiciones internacionales en las que ha sido mostrada su obra, las retrospectivas que le dedican la Tate Modern de Londres, en 2005, y el MOMA de Nueva York, en 2007, le reconocen como una referencia ineludible en el destino del arte contemporáneo.

Dentro de unas semanas estará ya en la calle ‘La querella oculta’, nuestra contribución al conocimiento de la obra y el pensamiento de uno de los artistas contemporáneos más radicalmente personales. La obra de Víctor del Río, traducida por Eva Gallud y revisada por el propio fotógrafo canadiense, es una pequeña joya con 23 imágenes en color de lo más significativo de la carrera de Wall. También es nuestra respuesta a IVAs, burbujas librescas, crisis papeleras, listas de bestsellers y demás zarandajas. Ahí va eso.

Jeff Wall, Biografía

1946.- Nace en Vancouver, Canadá

1964-1970.- Graduación en Historia del Arte. Universidad de la Columbia Británica. Vancouver, Canadá.

1969-1970.- Estudios en el Instituto de Arte Courtauld. Londres, Inglaterra.

1974-1975.- Profesor asistente en Nova Scotia College of Art and Design.

1976-1987.- Profesor asistente en Simon Fraser University.

1976.- Se inicia en la fotografía en color.

1991.- Se inicia en las técnicas de montaje digital.

2002.- Premio Hasselblad.

2006.- Miembro de la Royal Society of Canada.

2007.- Miembro de la Order of Canada in December 2007.[19] In March 2008, Wall was awarded 2008.- Premio Audain.

Exposiciones

2012.- Jeff Wall: In light, black, colour, white, and dark. Pinchuk Art Centre. Kiev, Ucrania.

2011.- Jeff Wall. Marian Goodman Gallery. Nueva York, EE UU.

El camino sinuoso. CGAC. Santiago de Compostela, España.

2010.- Staatliche Kunstsammlungen. Dresde, Alemania.

Marian Goodman Gallery. París, Francia

Jeff Wall. Transit, SKD- Staatlichen Kunstsammlungen Dresden. Kunsthalle im Lipsiusbau, Dresde, Alemania.

2008.- Tamayo Museum. Ciudad de México, México.

Vancouver Art Gallery. Vancouver, Canadá.

SFMoMA. San Francisco, EE UU.

Marian Goodman Gallery. Nueva York, EE UU.

White Cube. Londres, Inglaterra.

2007.- Art Institute of Chicago. Chicago, EE UU.

2006.- Full House. Gesichter einer Sammlung. Kunsthalle. Mannheim, Alemania.

Click/Doubleclick-das dokumentarische Moment. Haus der Kunst. Munich, Alemania.

Why Pictures Now? Fotografie und Medienkunst heute. Mumok. Museum moderner Kunst Stiftung Ludwig. Viena, Austria.

Helga de Alvear-Conceitos para uma colecção. CCB Centro Cultural de Belém. Lisboa, Portugal.

           Das Achte Feld. Geschlechter, Leben und Begehren in der bildenden Kunst seit 1960. Museum Ludwig. Colonia, Alemania.

Le mouvement des images, art, cinéma. Centro Pompidou. París, Francia.

2005.- Jeff Wall Phtographs 1978-2004. Schaulager Basel. Münchenstein, Alemania.

Jeff Wall, Tate Modern. Londres, Inglaterra.

Multiple Räume: Park Kunsthalle. Baden-Baden, Alemania.

Faces in the Crowd. Images of modern life from Manet to today. Castello di Rivoli. Turín, Italia.

2004.- Techniques of the Visible. Shanghai Biennale. Shangai, China.

Art and Utopia-Limited Action. Museu d´Art Contemporani. Barcelona, España.

2003.- Outlook International Art Exhibitio. Atenas, Grecia.

Norwich Castle. Norwich, Inglaterra.

2002.- Manchester Art Gallery. Manchester, Inglaterra.

Galerie Rüdiger Schöttle. Munich, Alemania.

2001.- Galería Helga de Alvear. Madrid, España.

2000.- La forma del mondo/La fine del mondo. Padiglionoe d’Arte Contemporanea di Milano. Milán, Italia.

Icon + Grid + Void: Art of the Americas from The Chase Manhattan Collection. The Americas Society New York. Nueva York, EE UU.

Encounters: New Art from Old. The National Gallery. Londres, Inglaterra.

1999.- Foul Play. Thread Waxing Space. Nueva York, EE UU.

Jeff Wall/ Pepe Espaliu: Tiempo suspendido/ Suspended Time. EACC Castello, España.

Galerie Johnen & Schöttl. Colonia, Alemania.

1998.- Here and Now II: Jeff Wall, Henry Moore. Institute Leeds. Leeds, Inglaterra.

Marian Goodman Gallery. Nueva York, EE UU.

The Parkett Artists Editions at the Museum Ludwig, Museum Ludwig. Colonia, Alemania.

1997.- The Hirshhorn Museum and Sculpture Garden. Washington D.C., EE UU.

The Museum of Contemporary Art. Los Angeles, EE UU.

The Age of Modernism: Art in the 20th Century. Zeitgeist-Gesellschaft zur Förderung der Künste. Berlín, Alemania.

1996.- Museum of Contemporary Art. Los Angeles, EE UU.

1995.- Biennal Exhibition, Whitney Museum of American Art. Nueva York, EE UU.

Leon Golub, Thomas Huber, Rolf Julius, Jeff Wall. Gemäldegalerie Neue Meister der Staatlichen Kunstsammlungen. Albertinum. Dresde, Alemania.

The Museum of Contemporary Art. Chicago, EE UU.

1994.- De Pont Foundation for Contemporary Art. Tilburg, Holanda.

The Ghost in the Machine. MIT List Visual Art Center. Cambridge (Massachusetts), EE UU.

1993.- The Children´s Pavilion. Museum Boymans-van Beuningen. Róterdam, Holanda.

The Irish Museum of Modern Art. Dublín, Irlanda.

Fondation Cartier pour l’art contemporain. Jouy-en-Josas. París, Francia.

1992.- Louisiana Museum of Modern Art. Humlebaek, Dinamarca.

The Binary Era. New Interactions. Musée Communal d’Ixelles. Bruselas, Bélgica.

1991.- Galerie Rüdiger Schöttle. Múnich, Alemania.

1990.- Vancouver Art Gallery. Vancouver, Canadá.

Weiter-sehen 1980-1990. Museum Haus Lange und Museum Haus Esters. Krefeld, Alemania.

1989.- A Photo Show. A Selection. Marian Goodman Gallery. Nueva York, EE UU.

Galerie Johnen + Schöttle. Colonia, Alemania.

1988.- A l’hotel de la region. FRAC Champagne Ardenne. Reims, Francia.

Internazionali. Padiglione d’Arte Contemporanea. Milán, Italia.

1987.- documenta 8, Museum Fridericianum. Kassel, Alemania.

Galerie Ghislaine Hussenot. París, Francia.

1986.- Making History. Recent Art of the Pacific West. Vancouver Art Gallery. Vancouver, Canadá.

1983.- The Renaissance Society at The University of Chicago. Chicago, EE UU.

1982.- documenta 7. Museum Fridericianum. Kassel, Alemania.

1981.- Cibachrome,. National Film Board of Canada. Photo Gallery. Ottawa, Canadá.

1979.- Art Gallery of Greater Victoria. Victoria, Canadá.

1978.- Nova Gallery. Canadá.

1971.- Ökologische Kunst. Bad Salzdetfurth, Alemania.

1970.- Four Artists. Tom Burrows, Duane Lunden, Jeff Wall, Ian Wallace. University of British Columbia, Fine Arts Gallery. Vancouver, Canadá.

1969.- Photo Show, S.U.B. Art Gallery. Vancouver, Canadá.

Focus 69. Bau XI. Vancouver, Canadá.

Reentré: Jeff Wall y Víctor del Río

Víctor del Río

Dentro de mes y medio, aproximadamente, tendremos en la calle un libro que hemos venido preparando largamente. Se trata de una obra sobre el fotógrafo canadiense Jeff Wall, uno de los artistas contemporáneos más influyentes. El libro, que llevará por nombre ‘La querella oculta’, ha sido escrito por el crítico y especialista Víctor del Río, y traducido del inglés por Eva Gallud Jurado, quien ya tradujo para nosotros ‘Contraataque’, de Siegfried Sassoon. La obra, estructuralmente, se abre con un estudio crítico de Víctor del Río, al que sigue una larga entrevista realizada por él en Vancouver. En el centro, un pliego en color con las mejores imágenes de la carrera de este fotógrafo sobresaliente. No tiene desperdicio (aunque no está bien que lo digamos nosotros) y satisfará tanto al especialista como al aficionado. Wall no solo es un creador personalísimo, es un teórico del arte con pensamiento propio, que, aunque parezca un pleonasmo, no lo es.

Más información: www.eldesvelo.com

Sassoon, en la revista Leer

La revista Leer nos ha dedicado un artículo sobre ‘Contraataque’, de Siegfried Sassoon. La reseña viene firmada por su traductora, Eva Gallud Jurado.

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