Etiqueta: novela

Puntos de venta físicos y online en donde se puede encontrar un ejemplar de ‘Como todos los días’, de Álex Oviedo

Os dejamos una relación de librerías (algunas con enlace de compra), en donde puede adquirirse la novela de Álex Oviedo Como todos los días.

todostuslibros.com, El Corte Inglés, Amazon, FNAC, Casa del Libro, Elkar, Troa, San Pablo, Santos Ochoa, Agapea Factory (Palma de Mallorca), Follas Novas (Santiago de Compostela), Antonio Machado (Madrid), Grant (Madrid), Binario (Bilbao), Cámara (Bilbao), Cervantes (Oviedo), Vorágine (Santander), Gil (Santander), Goya (Bilbao), Guantes (Portugalete), La Saturnina (Bilbao), Sancho Panza (Cabezón de la Sal), Taiga (Torrelavega), Universitaria (Bilbao), Unquera (Unquera), Primado (Valencia), Sento (Moncada, Valencia), Agapea Factory (Málaga), Luces (Málaga), Rayuela (Málaga), Luque (Córdoba), Bahía de Letras (Cádiz), Letras Corsarias (Salamanca), pastor (León), Víctor Jara (Salamanca), Valladolid (Margen), Santos Ochoa (Salamanca) y Libroteca (Vigo).

Distribuidor: UDL Libros. Subdistribuidoras: Arnoia, Alonso y Asturarco.

De escritor a escritora: Francisco Taboada escribe sobre la novela de Patricia Rodríguez ‘Pinar, piscina, plenilunio’

Un libro hermoso, tanto como pueda serlo una bomba repleta de cables de colores con la cuenta atrás activada

Patricia Rodríguez
Fotografía de Francisco Taboada
Francisco Taboada

Pinar, piscina, plenilunio, de Patricia Rodríguez (Valladolid, 1975) es un libro hermoso, tanto como pueda serlo una bomba repleta de cables de colores con la cuenta atrás activada. Su precisión analítica, su belleza formal, su poética corrosiva, no dan tregua en un ajuste de cuentas con y contra esa generación española de postguerra que en los años 80 intentó huir de la realidad agobiante de las ciudades hacia unas pretenciosas urbanizaciones rurales veraniegas que pondrían en evidencia todas sus imperfecciones. Burgueses que perseguían el sueño impostado de las películas americanas, con su parcela de tierra acotada, su piscina deslumbrante y la casa de diseño personal e intransferible; rodeados por una Naturaleza de la que se protegían con barreras artificiales que remarcaban sus deseos de propiedad, estatus, lejanía, sin sospechar que sus aspiraciones efímeras estaban destinadas a un abandono triste, patético. Nada de eso quedaría para el futuro porque ellos no llevaron nada, solo cosas,  aire viciado y mentiras.

      Dividida en tres partes, tiene a la Infancia como juez implacable de todas las acciones. Comienza con un grupo de niños prepúberes que viven con plenitud la libertad que otorga el verano, las bicicletas, la aventura permanente, el descubrimiento de las claves de la existencia. Narrada en primera persona del plural, alterna el Nosotros y el Nosotras para destacar el contraste entre su pureza, que están a punto de abandonar, y la turbiedad de los Adultos, que les ofrecen un panorama nada deseable y sin embargo inevitable porque se abalanza sobre ellos. Temen que acabarán convertidos en sus padres porque “hacerse mayor es eso, la pérdida progresiva de capacidades para existir adecuadamente”, y por eso se aferran a su ingenuidad como la última tabla de salvación. La adultez es lo oculto, lo real, lo irremediable, todo lo que esconde el Pinar donde habitan sus miedos. Se saben frágiles, pequeños, pero dotados para las interpretaciones maravillosas que están destinados a perder. Hay un constante reproche hacia sus padres, que los protegen físicamente pero no les están legando el soporte moral que necesitan para enfrentarse a la intemperie de la sociedad en la que viven. Cada verano que pasan allí no los fortalece, los debilita, deben vivir con intensidad y al regresar a la ciudad y a sus clases dejan allí el cadáver de ese año, una versión completa de sí mismos que ya no reconocerán cuando vuelvan.

    En la segunda parte, Piscina, narrada en primera persona por una mujer adinerada que recibe a sus vecinos para conocerlos e inaugurar su casa, encontramos la raíz del mal del que se nos prevenía en la primera parte. Eso son, eso somos, los adultos, seres vulnerables que se esconden detrás de máscaras que los representan y a la vez los suplantan. Nada es natural, todo son convenciones, reflejos en el espejo distorsionado de cada persona, que confunde lo que refleja con lo que es. Fachadas, como las de sus casas, con diseños arquitectónicos llenos de errores de interpretación que convierten en un laberinto lo que debió ser diáfano pero no lo es porque su realización fue delegada. Ellos son la sociedad, no hay escapatoria, deben ser retratados como grotescos con el humor amargo de la narradora. Además, la peripecia en la que se desenvuelven, su encierro provisional, se la atribuyen a los niños con una desfachatez que raya en lo simbólico. La prosa se vuelve entonces alambicada, con una sintaxis claustrofóbica: “la mirada del adulto mide la bondad de sus sentimientos como algo imposible de preservar… es el desencanto de crecer y extinguir la vocación innata para el amor con la que empezamos a vivir”. La Infancia, de nuevo, como referente, el lugar que no debimos abandonar, el tambor de hojalata que aún resuena en nuestra memoria dañada.

   La tercera parte, Plenilunio, como era de esperar, se dedica a las consecuencias. La que narra los hechos es ahora una mujer de mediana edad, una de las niñas de la primera parte, varias décadas después, en un ambiente que roza la distopía. Un enigmático Departamento de Activación Civil intenta controlar la decadencia de una urbanización donde sobreviven ella, un vecino huraño y algunos ocupas que se esconden para no ser detenidos. En la ciudad, que “ya no es algo reconocible”, solo hay protestas e intentos de sublevación; en la urbanización aislada faltan el agua, los suministros, la electricidad y sobre todo la compañía. El único punto de contacto con la realidad es un chatarrero itinerante que vende de todo a precios desorbitantes o haciendo trueque. El odio, el temor, la soledad del campo y la Naturaleza recuperando lo que es suyo: “Los ladrillos rojos se desmigan como si tuvieran prisa por volver a ser arcilla”. El sueño burgués convertido en pesadilla.

   Pinar, piscina, plenilunio, de Patricia Rodríguez, es un libro suculento, intenso, repleto de sugerencias que ilustran y advierten. Cumple la función que en sus páginas reprocha a los adultos: “Es mejor no indagar sobre las creencias que adquirimos sin base alguna de conocimiento a menos que estemos dispuestos a abandonarlas”, pero no es nada halagüeño, y por eso retrata con precisión el mundo actual: “Imagino un futuro en el que ciertos hechos demostrados científicamente se confundirán con las supersticiones.” En suma, un libro destacable de primorosa factura.

Francisco Taboada

¿Dónde se puede conseguir el epub de ‘Pinar, piscina, plenilunio’, de Patricia Rodríguez?

El libro digital de ‘Pinar, piscina, plenilunio’, de Patricia Rodríguez, lo puedes encontrar en las siguientes tiendas o plataformas:

24symbols, Amazon, Apple Books, Arvore, Bajalibros, Baker & Taylor, Barnes & Noble, Bibliotheca, Bol.de, Bolinda, Bookbeat, Bookmate, Buecher.de, Casa Del Libro, Ceebo, claudio.de, DiViBib, Ebiblioe, book.de, EBSCO, El Corte Inglés, FNAC, ESFNAC, FRFNAC, PTGardners, Google, hoebu.de, hoopla, Hugendubel, Indigo, Instituto Cervantes, Kobo, Lehmanns Buchhandlung, Libreka!, Libreria de la U, Librería Nacional, Librería PorrúaLibrerías Gandhi, Librerías Gonvill, LitRes, Livraria Cultura, mojoreads, Nextory, Odilo, Orell Füssli, Osiander, Overdrive library, Perú eBooks, Read Joy, Readfy, Scribd, Siglo del Hombre, Skeelo, Skoobe, Storytel, Tagusbooks, Thalia, Tigerbooks, Walmart, Weltbild, Wook, Xebook

También tienes disponible la versión en papel:

‘Primavera en llamas’, 99 haikus de Joxemari Iturralde para incendiar la próxima estación

Ya tenemos a la venta Primavera en llamas (Casi cien haikus), un poemario de Joxemari Iturralde, de quien publicamos hace escasos años la novela La chica de Jamaica.

Primavera en llamas (Casi cien haikus) es una selección de 99 haikus, de ahí el subtítulo, que han sido escritos a lo largo de casi cincuenta años. El haiku es un modo de poesía de origen japonés que exige el cumplimiento de una serie de normas estrictas que demandan una especial dedicación y destreza. Aunque a veces su lectura pueda resultar enigmática y de difícil acceso, su repetido disfrute puede llegar a ser un gran premio para el lector una vez que se haya superado esa dificultad inicial que, como molesto obstáculo, sienten alguna vez los lectores desprevenidos. En contrapartida, puede servir también como rápida puerta de acceso al vasto e insondable mundo de la poesía a los lectores que nunca han intentado, por diversas razones, internarse en ese desconocido universo.

Los poemas más recientes que se han incluido en esta antología fueron escritos durante la pandemia, cuando la gente tuvo que encerrarse obligatoriamente en casa, y lo inesperado de la situación no permitía prever si ese castigo iba a durar un día, una semana, un mes, un año o tal vez, diez años… El título del libro hace referencia a ese preciso momento.

La ilustración de cubierta ha corrido a cargo de la diseñadora vitoriana Victoria O’May.

Klabund, el matrimonio Neumo y Tórax y ‘La enfermedad de los hoteles’

Por las páginas de La enfermedad desfilan personajes curiosos que son la traducción narrativa de personas reales con las que convivió Klabund, el autor de la novela, durante su estancia en Davos para tratarse de la tuberculosis, también conocida como ‘La enfermedad de los poetas’ o ‘La enfermedad de los hoteles’. Os dejamos un extracto del prólogo de Olga García a la novela de Klabund, en el que retrata al autor:

Alfred Henschke, Klabund.

A Alfred Georg Hermann Henschke (Crossen del Oder, la actual ciudad polaca de Krosno Odrzańskie, 1890 — Davos, 1928), conocido sobre todo por el pseudónimo de Klabund, le diagnosticaron a los dieciséis años tuberculosis pulmonar «cerrada» (es decir, no contagiosa). La enfermedad no frenó las energías del, en un principio, discreto y aplicado hijo de boticario que a los veinte años se autodefinió como escritor, al haber ya compuesto 597 poemas, 29 relatos, 13 piezas de teatro de un acto, una novela, una colección de aforismos, además de otros fragmentos para futuros dramas y novelas. Fredi plantó cara a su despótico padre, se negó a seguir estudios de farmacia y eligió los derroteros de la literatura. Klabund estaba naciendo. Múnich, Lausana, Berlín, Locarno y Davos le acogerán. Escribirá más de 1.500 poemas, un total de 70 obras, entre escritos propios y adaptaciones; a pesar de su prematura muerte a los treinta y siete años. Setenta textos en veinte años bajo el ritmo trepidante de quien sabe que tiene los días contados, porque la tisis «galopa».

Desde su primera convalecencia en Locarno en 1907, aquel joven delgado, pálido, de apariencia tímida, con sus inseparables gafas gruesas de montura oscura irá y vendrá de los más variados lechos amorosos a las tumbonas de los sanatorios; de la climatoterapia de altura a los escenarios de los más conocidos cabarés de la época; aunque siempre obligado a intercalar periódicas curas de reposo y dieta rica en grasa en las alturas alpinas. 

Durante una estancia en Arosa en 1914 comienza a perfilar un relato con tintes autobiográficos (La enfermedad) que escribiría posteriormente, entre febrero y marzo de 1916, durante la que sería la primera de sus muchas y sucesivas convalecencias en Davos. 

Se albergó en el sanatorio del doctor Jessen, donde cuatro años antes también Katia Mann había sido tratada. No obstante, su estancia en el sanatorio Wald apenas duró unos días. Las normas allí eran demasiado rígidas (y la minuta posiblemente también elevada) para él. En la Pensión Stolzenfels en Davos-Dorf encontraría, sin embargo, acomodo y un refugio hasta sus últimos días. El establecimiento estaba regentado por el matrimonio Poeschel. Al jurista Erwin Poeschel (1884-1965) la tuberculosis le privó de poder ejercer su profesión. En Davos conoció a la también paciente Frieda Ernst, y una vez restablecidos ambos, decidieron encargarse del edificio de seis plantas, levantado en 1913 en el Höhenweg, la pensión Stolzenfels. 

En Erwin Poeschel encontró Klabund un amigo y un erudito interlocutor, que escribía críticas de arte y literarias; y mantenía una cordial amistad con Hermann Hesse, Jakob Wassermann, Philipp Bauknecht, Philipp Modrow y Augusto Giacometti. En 1928, el mismo año de la muerte de Klabund, la inflación le obligará a cerrar la pensión, pero Poeschel siguió su nunca interrumpida andadura en el terrero de la historia del arte, convirtiéndose en uno de los más reconocidos expertos de Suiza. 

Klabund inmortaliza en La enfermedad a los Poeschel. El matrimonio Neumo y Tórax Paustian de la pensión Schönblick no son otros que ellos, y el apodo de la pareja alude al método quirúrgico denominado punción de neumotórax. Igualmente las figuras principales de la narración: Sylvester Glonner y Sybil Lindquist permiten ser identificadas con el propio Klabund y su amiga Sybil Smolowa, que había conocido en Arosa. También el personaje de Alfons Pein se corresponde con el escritor hoy olvidado Paul Apel; y el doctor Ronken responde al doctor Jessen. También la toponimia local recorre 

las páginas de La enfermedad: el Grand-Hotel Belvédère, el restaurante Kolbinger, el Rößli, el kurhaus, el teatro, la promenade, la pista de bobsleigh de Schatzalp, etc.

El relato de Klabund, que fue publicado en 1917, sorprendentemente presenta varios paralelismos con La montaña mágica (1924). El ambiente mórbido, a la vez exaltado, la desesperación pero también las ansias de vivir que inundan el sanatorio del doctor Jessen (Dr. Ronken para Klabund, Dr. Behrens para Mann), el traslado nocturno de los cadáveres montaña abajo por la pista de bobsleigh de Schatzalp, la equiparación de la ciudad de Davos a un mítico inframundo hundido en las profundidades (Vineta para Klabund, el reino de las sombras para Mann), o las macabras fiestas de carnaval y algunos amoríos del propio autor parece como si hubiesen sido transpuestos posteriormente a La montaña mágica. Si Thomas Mann algo sabía de las correrías y la obra del espíritu vagabundo es una incógnita. De lo que no hay duda es que Klabund fue el iniciador de los bailes de disfraces en la pensión Stolzenfels. Él mismo se encargaba de componer los programas y de ensamblar collages dadaístas para anunciar, siempre con un corrosivo humor negro, por ejemplo, el próximo Baile de la banana. Sus carteles demuestran el carácter polifacético del autor, además de ofrecer un abanico de visualizaciones sarcásticas de la tuberculosis.

No obstante, el tísico Klabund, a diferencia de Hans Castorp, no estaba dispuesto a prolongar innecesariamente sus estancias en Davos. Para él, la vida no consistía en esperar, y como aquel sabía que arriba en el sanatorio se consume más tiempo que en ningún otro lugar; y justamente tiempo es de lo que él no disponía. Para Klabund escribir se convierte en una adicción, una forma de sobrellevar la enfermedad. Sí, tumbado como Oblomov, pero activo; siempre escribiendo en la tumbona, bien tapado y rodeado de libros y papeles. Así lo pintó Erich Büttner. 

La frívola y a la vez mórbida existencia de los moribundos en Davos la plasmó irónicamente Klabund en no pocos versos y textos fragmentarios. La enfermedad es un motivo recurrente en su obra, llegando hacer literatura de la tuberculosis. En su Historia de la literatura universal (1922), Klabund apunta: «Debería escribirse una historia literaria de los tísicos. Esta enfermedad constitucional posee la facultad de modificar mentalmente a aquellos en quienes hace presa. Les impone el castigo de Caín, el cual proyectó su pasión hacia su interior, devorándose los pulmones y el corazón.»

En lugar de la conocida frase con la que Rilke arranca Los apuntes de Malte Laurids Brigge —«¿De modo que aquí viene la gente para vivir? Yo creería más bien que aquí se muriera.»— Klabund inicia su relato La enfermedad con la pregunta: «¿Entonces usted únicamente ha venido aquí 

Olga García. Del prólogo de ‘La enfermedad’
Baile de la banana, una de las actividades lúdicas promovida por Klabund en Davos.

‘Morir por cesar el llanto’, de Gloria Ruiz, ya disponible en epub

Ya está a la venta la edición digital (epub) de ‘Morir por cesar el llanto’, la novela corta de la cántabra Gloria Ruiz, que vio la luz en papel hace ya unos meses.

El epub sale al mercado al precio de 2,99 euros y ha sido confeccionado por Bookwire, plataforma de distribución que se encarga también de su distribución mundial, sobre todo en países de habla en lengua castellana.

El epub se puede conseguir en las tiendas más importantes y en las plataformas de lectura más habituales. Ahora mismo, 16 de septiembre, podéis descargarlo en 24symbols, Amazon, Apple Books, Nextory, Bajalibros, Baker & Taylor, Barnes & Noble, Bibliotheca, Bol.de, Bolinda, Bookmate, Buecher.de, Casa del Libro, Ceebo, caludio.de, DiViBib, Ebiblio, ebook.de, EBSCO, El Corte Inglés, FNAC ES, FNAC FR, FNAC PT, Gardners, Google, hoebu.de, hoopla, Hugendubel, Indigo, Instituto Cervantes, Izneo, Kobo, Lehmanns Buchhandlung, Libreka!, Libreria de la U, Librería Nacional, Librería Porrúa, Librerías Gandhi, Librerías Gonvill, LitRes, Livraria Cultura, mojoreads, Odilo, Orell Füssli, Osiander, Overdrive library, Perú Ebooks, Podimo Kids, Read Joy, Readfy, Scribd, Siglo del Hombre, Skoobe, Storytel, Tagusbooks, Thalia, Tigerbooks, Walmart, Weltbild, Wook, Xebook.

Aquí tenéis algunos ejemplos de compra:

The digital edition (epub) of ‘Morir por cesar el llanto’ is now on sale, the short novel by the Cantabrian Gloria Ruiz, which was released on paper a few months ago.

The epub goes on the market at the price of 2.99 euros and has been made by Bookwire, a distribution platform that is also responsible for its worldwide distribution, especially in Spanish-speaking countries.

The epub can be obtained in the most important stores and on the most common reading platforms. Right now, September 16, you can download it at 24symbols, Amazon, Apple Books, Nextory, Bajalibros, Baker & Taylor, Barnes & Noble, Bibliotheca, Bol.de, Bolinda, Bookmate, Buecher.de, Casa del Libro, Ceebo, caludio .de, DiViBib, Ebiblio, ebook.de, EBSCO, El Corte Inglés, FNAC ES, FNAC FR, FNAC PT, Gardners, Google, hoebu.de, hoopla, Hugendubel, Indigo, Instituto Cervantes, Izneo, Kobo, Lehmanns Buchhandlung, Libreka!, Libreria de la U, Librería Nacional, Librería Porrúa, Librerías Gandhi, Librerías Gonvill, LitRes, Livraria Cultura, mojoreads, Odilo, Orell Füssli, Osiander, Overdrive library, Peru Ebooks, Podimo Kids, Read Joy, Readfy, Scribd, Century of Man, Skoobe, Storytel, Tagusbooks, Thalia, Tigerbooks, Walmart, Weltbild, Wook, Xebook.

Here are some purchase examples:

https://www.nextory.es/search-suggestion/morir%20por%20cesar%20el%20llanto/

https://www.fnac.es/a8735302/Gloria-Ruiz-Morir-por-cesar-el-llanto?NUMERICAL=Y#FORMAT=ePub#omnsearchpos=0

No os perdáis esta conmovedora historia de mujeres, posguerra y mundo rural, un mundo muy personal que vuelve de la mano de Gloria Ruiz y su narrativa cargada de emociones y sentimientos.

Do not miss this moving story of women, post-war and rural world, a very personal world that returns from the hand of Gloria Ruiz and her narrative full of emotions and feelings.

Libación de una herida: un fragmento de ‘Pinar, piscina, plenilunio’, de Patricia Rodríguez

En la cocina, encuentro al hombre que sostenía el vaso de güisqui con gesto demostrativo. Está haciendo algo en el fregadero. En una mano sostiene un cuchillo pero no veo qué es lo sostiene con la otra. Con la cabeza baja, concentra toda su atención en lo que está manipulando. Pero no me fijo en lo que es porque veo, sobre todo, su pelo negro rizado y un poco largo. Es una especie de mancha vacía o una interferencia, como si estuviera hecho de un material que absorbe demasiada luz. 

Esta anomalía óptica interrumpe la continuidad de todas las cosas con las que limita en el plano visual. Es una incisión en la consistencia que suele tener la realidad. No hay nada así de negro en nuestra naturaleza más inmediata, los bosques que nos rodean tiene otra densidad, el cielo nocturno está lleno de perforaciones diminutas que le dan una textura gaseosa, quizás se parezca a la brea.

Está pelando uno de los limones que hay al lado de la bolsa de hielo de la gasolinera. Sus manos se elevan sobre el fregadero a medida que la espiral de la cáscara se hace más larga. Está intentando sacarla entera, sin romperla. 

Parece a punto de lograrlo pero algo interrumpe su concentración, o la mano se le resbala sobre el limón mojado porque lo suelta y el ruido metálico del cuchillo estalla contra el fregadero de acero inoxidable. Se ha cortado. Una hebra de sangre aparece en el dedo índice de su mano izquierda. Me acerco para examinar la herida y le sujeto la mano por la muñeca. Él sigue sin cambiar su gesto de dolor pequeño con un poco de vergüenza contraída. Hago lo mismo que haría si fuera un niño quien se hubiera cortado. Le limpio la sangre chupándole el dedo. 

Está un poco borracho y tarda en darse cuenta de que estoy libando su herida. Retira la mano y me mira como si estuviera loca, luego entiende que es otra cosa. Me toca la cara. Una mano a cada lado de la mandíbula. Aprieta mis mejillas con la fuerza suficiente para hacer que se me despeguen los labios. Si su dedo sigue sangrando va a mancharme la cara. Cierra su boca contra la mía y acepta el mensaje. En eso consiste, ha sabido interpretarlo. 

«¿Por qué estabas pelando un limón?»

«No quería la fruta, quería su cáscara».

Pinar, piscina, plenilunio. Patricia Rodríguez

 

Nuestras últimas novedades en Felisa 2022, la Feria del Libro de Santander, del 1 al 10 de julio

El próximo viernes comenzará una nueva, y renovada, edición de la Feria del Libro de Santander, que lleva por nombre Felisa 2022. Es para nosotros un placer volver a participar como editorial en esta feria que es la de nuestra ciudad. En esta ocasión compartiremos el stand de Artpapel, al que desde aquí queremos agradecer el gesto de darnos cabida.

Durante la feria esperamos la visita de algunos de nuestros autores al stand. En cuanto a las actividades, el periodista cántabra Álvaro Machín presentará ‘Un millón de pasos’, el sábado, 9 de julio, a las seis de la tarde. Una hora después, nuestro editor Javier Fernández Rubio dialogará sobre la figura de José Hierro con el escritor y divulgador Jesús Marchamalo.

Un año más estaremos con nuestras novedades, 11 en lo que va de año, aunque algún libro más llevaremos de 2021. Ellos estarán a disposición del público como lo siguen estando en las librerías más importantes y en nuestra página web.

Esperamos que el tiempo acompañe y el público también.

Ah, y tendremos alguna sorpresa.

Pincha en cada imagen y la web te dirigirá a su página.

Ascenso y caída de Rafael de Seregón: ‘Luminaria’, de Pablo Díez

Rafael Díaz de Seregón, un abogado rico y reaccionario, comparece como acusado en un juicio. Es sospechoso de haber ordenado el asesinato de Eugenio Sotillo, un siniestro activista social con quien lleva años enfrentado. 

Mediante un alegato que se extiende a lo largo de toda la novela, Seregón trata de demostrar su inocencia y de recalcar su superioridad social y moral con respecto al difunto. El acusado describe el hostigamiento al que Eugenio Sotillo sometió a su familia y atribuye su muerte a la intervención de fuerzas sobrenaturales, en cumplimiento de una sentencia divina. 

Los detalles del caso se mezclan con un relato del declive personal de Seregón y del derrumbamiento del mundo arcaico en que hizo fortuna. La ingratitud de sus hijos, los crímenes de sus ancestros, la frustración de sus pretensiones nobiliarias y la traición de su mejor amigo se entreveran con las pruebas inverosímiles con las que intenta subrayar su inocencia. Todo ello, aderezado por reiterados alardes de religiosidad, le sirve al acusado para retratarse como último representante de la virtud y el orden. 

Pablo Díez ha vuelto a describir, con su poderosa potencia lingüística, la decadencia de una clase social, brutalista, falsamente religiosa, violenta y despiadada, representada en la persona y familia de Rafael de Seregón, el protagonista de ‘Luminaria’.

De Pablo Díez ya hemos publicado dos novelas en donde el bien y el mal luchan a porfía: ‘Los benditos’ y ‘Consolación a Paulino’. En ‘Luminaria’, el autor enfrenta dos mundos. El bien y el mal. La fe y el descreimiento. La tradición y la subversión. El refinamiento y la vulgaridad. Valores sublimes y la más descarnada codicia e hipocresía social.

Fragmento de ‘La carretera de la costa’: “Suena el viento, él se dio la vuelta…”

Libros de Kepa Murua con El Desvelo Ediciones. (Foto: Raúl Fijo).

Suena el viento, él se dio la vuelta, y entonces sonaron los disparos. Cayó fulminado ante la sorpresa y el horror de un cliente que fue apartado unos segundos antes por el comando que irrumpió en la carrocería. Sonaron secos, como tres golpes de martillo en un yunque, como tres toques de plástico que perforan la roca, pero la sangre corre por detrás de la cabeza y Ceferino Peña queda tendido en el suelo frío del garaje ante los asombrados ojos de su hija que ni siquiera parpadea y mira a los jóvenes que dispararon a su padre. Al hombre que lo acompañaba le dijeron que se apartara; a él le preguntaron si era el propietario del taller y si tenía pasta carrocera que necesitaban para un coche averiado, aparcado cerca de la puerta, donde al volante ocultaba la cara con la mano uno del comando que controlaba con su mirada fija en el espejo retrovisor todo lo que pasaba en la curva. En el maletero el dueño del coche pudo escuchar los disparos secos. 

Extracto de La carretera de la costa, de Kepa Murua.
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