Así es la poesía de Norman Cameron, el poeta que acaba de llegar a El Desvelo

Gracias a Imanol Gómez Martín, editor literario y traductor, podemos conocer a una serie de poetas anglosajones de principios del siglo pasado, de los que es admirador y a los que hemos incorporado a la colección Última Thule. El último y más reciente es Norman Cameron y su Antología Poética, ya a la venta.
Cameron tiene un currículum amplio y atractivo, no sólo por su hacer poético sino también, por las amistades que lo rodearon y que lo acompañaron hasta su muerte. En primer lugar, Robert Graves, el famoso escritor inglés, autor entre otras obras de Yo Claudio, y Laura Riding, poeta norteamericana brillante y menos conocida que el anterior pero imprescindible, en el caso de Graves y su entorno, gracias a su inteligencia pero también a una personalidad peculiar, entre perturbada y perturbadora.
Riding comenzó siendo la mentora de Cameron en sus trabajos como traductor, su Celestina en sus relaciones personales con dos de sus tres mujeres, hasta que finalmente se convirtió en aquella persona de la que es mejor alejarse para poder vivir sin que su influencia asfixie.
A pesar de Riding, las amistades de Cameron gozaron de buena salud con nombres extraordinarios desde el punto de vista artístico y literario. Entre ellos, hay que destacar la estrecha relación con el poeta Dylan Thomas al que Cameron ayudó y protegió durante toda su vida, y al que perdonó todas sus debilidades que eran muchas.
Otros no le dieron tantos quebraderos de cabeza, caso del poeta Alan Hodge, el pintor John Aldridge, James Reeves o el famoso George Orwell al que sobrevivió y cuya muerte sintió profundamente.
Pero como poeta, sus amigos le calificaron de singular, entendido esto como extraordinario, diferente, único. Lo que Cameron pretende con su poesía es ser honesto, riguroso, preciso. Intenta conocerse a sí mismo. Es una buena carta de presentación y una invitación para conocer su obra.
La Antología Poética que Imanol Gómez Martín ha preparado y traducido y que forma parte de la colección Última Thule, agrupa la poesía de Norman Cameron por orden cronológico, algo también interesante para darse cuenta de su evolución como poeta.
La singularidad que Cameron muestra en su Antología se manifiesta en todos sus poemas pero hemos seleccionado dos de ellos:
Descubrieron los psicólogos que la señorita B
Nostalgia de la muerte. Norman Cameron
sufría de personalidad múltiple.
Ella era B-1, B-2, 3, 4 y 5,
todas ellas luchando en un mismo cuerpo.
B-1 andaba piripi y B-2 se sintió mal,
B-3 quedó embarazada y B-4 pagó la factura.
Bueno, con eso ya vale. ¿Y yo qué?
Yo soy, al menos, N-1, N-2, N-3.
N-1 es un glotón, N-2 un miserable;
N-3 es diferente pero no más listo.
Bueno, con eso ya vale. ¿Y qué pasa con N-0?
Ese es el N que me intriga.