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A Lydie Salvayre no le gustan los museos (pero escribió un libro sobre uno de ellos)

No, le dije no gracias, no me gustan los museos, demasiada belleza concentrada en el mismo lugar, demasiado genio, demasiada elegancia, demasiada inteligencia, demasiado esplendor, demasiadas riquezas, demasiadas carnes expuestas, demasiados pechos, demasiados culos, demasiadas cosas admirables. Resultado: las obras amontonadas se aplastan las unas a las otras como los animales comprimidos de un rebaño y la singularidad propia de cada una queda inmediatamente apagada. Luego añadí, mira, lo malo de los museos es que la transición hacia el exterior se produce siempre de una manera demasiado brutal, quiero decir sin la más mínima preparación. Habría que acondicionar pasillos, algo así como cámaras de descompresión, rellanos de readaptación a lo mediocre, para volver a acostumbrarse progresivamente a la fealdad, de modo que al salir de esa sobredosis de arte que de tan sublime provoca náuseas, al pisar de nuevo la calle, la vuelta a la vida diaria tan imperfecta, tan gris, tan chunga a veces, se lleve a cabo más tranquilamente, ¿comprendes?

Caminar hasta el anochecer, Lydie Salvayre
Lydie Salvayre
Lydie Salvayre

Caminar hasta el anochecer, de Lydie Salvayre

Ya tenemos a la venta el libro ‘Caminar hasta el anochecer’, de Lydie Salvayre.

El libro fue recibido en su momento en Francia con unánimes elogios. Estos son algunos de ellos:

«Un texto de una fuerza y honestidad intelectual poco comunes.» Le JDD

«Una lección estética, cultural y social impartida con una generosidad colérica.» Le Soir

«Nos encanta cuando se enciende, cuando se rebela, cuando se aventura en sus propios atrincheramientos.» Livre

En Le Soir.

‘Caminar hasta el anochecer’, una noche en el museo de la que se vendieron 300.000 ejemplares

En Le Matin Dimanche.

Lydie Salvayre vendió 300.000 copias de su libro ‘Caminar hasta el anochecer’, que cuenta, con humor y mucho temperamento, la tormenta de ideas y recuerdos que le vinieron a la cabeza cuando pasó una noche sola en el Museo Picasso de París, enfrentada a la estatua de Giacometti ‘El hombre que camina’.

La idea, y por lo tanto el libro, surgió de la editorial francesa Stock, que llevaba a cabo una colección sobre la base de una serie de escritores que pasaban una noche en un museo. Ese era el nombre de la colección: Una noche en el museo.

En el caso de Salvayre, el museo elegido fue el Picasso de París y la obra de referencia, tal vez una de las esculturas más bellas y misteriosas que hayan salido de las manos de un artista: ‘El hombre que camina”, de Giacometti. Al tiempo que Salvayre cuenta como humor y sinceridad cómo le surgió el encargo y cómo detesta el mundo artificial del arte institucional, el diálogo con la escultura le lleva a reflexionar sobre la muerte, propia y ajena, ese ‘anochecer’ hacia el que caminamos todos; el sentido de la obra que Giacometti trató plasmar y la relación tempestuosa con su padre.

Salvayre, hija de republicanos españoles exiliados -su primer apellido es Arjona-, guarda un sentimiento ambivalente hacia el ‘frañol’ hablado con desparpajo por su madre y la violencia y el compromiso político del padre, del que habla sin ambages.

De Salvayre, que ganó el premio Goncourt en 2014, publicamos hace escasos años ‘Siete mujeres’, un ensayo biográfico de siete grandes mujeres de la literatura. Tanto uno como otro fueron traducidos por Marta Cerezales Laforet.

‘Caminar hasta el anochecer’, una lectura poderosa y llena de sangre de la premio Goncourt Lydie Salvayre

Caminar hasta el anochecer, de Lydie Salvayre

Con la estatua de Giacometti ‘El hombre que camina’ como punto de partida, la ganadora de Goncourt 2014, Lydie Salvayre, emprende en ‘Caminar hasta el anochecer’ una emotiva reexploración de su indignación y la historia de su familia como hija de un exiliado español.
Lydie Salvayre pasó una noche entera sola en el Museo Picasso durante su exposición Picasso-Giacometti. Habiendo tenido una pasión duradera por ‘El hombre que camina’ (una obra que ella ve como la esencia misma del arte pero que solo había visto fotografiada anteriormente en revistas), estaba segura de que se sentiría profundamente conmovida cuando se enfrentara a tanta belleza. Y sin embargo, ver este “cuerpo inmóvil, helado pero también en movimiento, como olas en el mar que el frío ha congelado el oleaje” sólo le produce una leve irritación.
¿Es analfabeta en belleza? ¿Esta sensibilidad se transmite sólo entre los acomodados para reforzar su exclusividad? ¿Es el espacio el que obstaculiza la pieza y la priva de su mensaje profundo? Ella está confusa y llena de preguntas.
Entre líneas –a medida que la autora desvela su relación con su padre, su familia de comunistas españoles exiliados, su obsesión por la humildad y la denuncia anclada en cada injusticia–, el lector descubre poco a poco sus exigentes expectativas ante el arte y su miedo a la muerte. Una lectura poderosa y llena de sangre.
Lydie Salvayre ha escrito una veintena de libros, traducidos a muchos idiomas, incluido ‘Pas pleurer’, ‘No llorar’, que ganó el Premio Goncourt 2014.

El libro estará a la venta en toda España el 28 de marzo, pero ya puedes reservar un ejemplar en tu librería favorita o en tu canal de venta online habitual.

Caminar hasta el anochecer, de Lydie Salvayre, 300.000 ejemplares vendidos en Francia.

Crítica de ‘Siete Mujeres’, por Antia’s Readings

https://www.antiasreadings.com/2020/07/siete-mujeres-lydie-salvayre.html

Siete mujeres es el ensayo sobre, efectivamente, siete mujeres. Mujeres que lucharon por ocupar un lugar en el mundo y que pusieron todo lo que estaba en sus manos para lograrlo, pasando por todo tipo de dificultades. La verdad es que fue una lectura muy conmovedora y que me ha tocado la patata.
Como todo, siempre hay historias que te calan más que otras, y las de Woolf, Brönte y Path fueron mis favoritas. Lydie Salvayre consiguió mediante la publicación de algunas cartas de las autoras mostrarnos la cruda realidad que pasaron o sufrieron. Una realidad que no se la deseo a nadie y que terminó en lo peor. Con este libro he aprendido, no solo acerca de la vida de las autoras, sino como la constancia y la ilusión de verse un día publicadas es lo que las motivaba a seguir adelante. Incluso ocurre lo mismo con la autora de este libro, quién lo publicó tras un parón escritoril. Ella misma demostró que si estas siete magníficas escritoras pudieron, ella también podía. Y así fue. 
Es una lectura rápida, amena y rompedora. Salvayre consigue que te metas en la piel de cada una de ellas y formes una más del equipo.
Si sois fans de las biografías y la novela epistolar, Siete mujeres es vuestro libro. Descubriréis la vida de siete escritoras maravillosas que consiguieron hacerse hueco en una sociedad donde eran desprestigiadas.

Fotografía de la autora Lydie Salvayre
Lydie Salvayre

Lectura de ‘Siete Mujeres’, por su prologuista y traductora Marta Cerezales Laforet

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