Dice Albdelfattah Kilito que todos somos capaces de leer todas las lenguas, cada cual en la suya. Este es un milagro posible gracias a los traductores, que son por ello coautores en la sombra, discretos como un árbitro de fútbol, pero imprescindibles para poder leer la obra, casi, casi igual, y a veces mejor que en su lengua originaria.
Nosotros procuramos realzar la figura del traductor en la medida de lo posible, que casi siempre está por debajo del papel que representan. Así que por una vez vamos a dejar de hablar de autores, o mejor dicho, vamos a hablar de los otros autores.
Hemos hecho repaso e impresiona verlos a todos juntos. Aquí van:
- Paula Campos Fernández (Un llanto sobre el mar).
- Eva Gallud Jurado (Nada tan amargo, Una casa no es un hogar, La querella oculta, Poesía Completa de Rupert Brooke, Contraataque y Breves escenas de una vida agitada).
- Laura Pascual Antón (Adana)
- Luisa Gutiérrez Ruiz (La partida, Más cerca que cerca y Manual para embaucadores).
- Ana Isabel Fernández Rubio (Bibliomanía).
- Marta Cerezales Laforet (Estampas de mujer, Siete mujeres, Hablo todas las lenguas pero en árabe y Han cortado los laureles).
- Cristina López González (La Fanfarlo y La educación de las hijas).
- Catalina Iliescu (La zozobra de la lengua).
- Olga García García (Hotel América y Historia de la literatura alemana contada en una hora).
- César Vallejo (Elevación).
- Jesús Ortiz Pérez del Molino (Sexo y Cohetes).
- Manuel Sacristán (España y Revolución).
- Imanol Gómez Martín (Poesía de Robert Nye).
- Guillermo López Gallego (El infierno del bibliófilo).
- José Ramón San Juan (Olivier o el secreto).
- Vicente Gutiérrez Escudero, Eugenio Castro y Jesús García Rodríguez (La zozobra de la lengua).
- Tomás García Lavín (A pesar de los estragos del tiempo).
- Cristóbal de Castro (El batallón de mujeres de la muerte).
- Seve Calleja (Bestiario y Entre pupitres).